Financiamiento y venia ambiental, lo que falta para publicar el pliego del dragado del Puerto de Mar del Plata
El Consorcio Portuario aspira a licitar antes de fin de año pero todavía no tiene garantizados los fondos para hacer la obra y que la OPDS determine dónde volcar los barros del área de giro. Compartieron batimetría con los prácticos del puerto y tomaron muestras de los sedimentos para Desarrollo Sostenible.
Dos cuestiones faltan resolver para que el Consorcio Portuario termine de darle forma al pliego de licitación nacional e internacional para el dragado de mantenimiento del puerto marplatense que comenzará en el verano de 2021.
La más importante es la del financiamiento. Gabriel Felizia no aplica al modelo autosustentable de su antecesor, Martín Merlini, y busca que los fondos los aporte la Provincia o la Nación. Ya le comunicó más o menos el dinero que necesitaría a su líder política, Fernanda Raverta, y hasta algunos aliados circunstanciales del massismo persuaden al ministro Mario Meoni sobre la necesidad del dinero para pagar el dragado.
El número que dejó trascender un alineado al presidente de la Cámara de Diputados es 400 millones de pesos. Hay que ver para qué alcanza llegado el momento de dragar. Porque los presupuestos son variables. Merlini dragó por menos de 6 dólares pero ya hay voces que refieren 8 y hasta 10 dólares por metro cúbico removido.
El pliego debe determinar con precisión el origen de los fondos que permitirán financiar la obra. En la licitación de 2014 que terminaron haciendo los equipos chinos en una UTE con el Grupo Román, los 108 millones de pesos eran financiados mitad por la Nación y mitad por la Provincia. Luego la administración de Scioli quedó debiendo 4 millones de dólares que la UTE no cobró aún.
El otro obstáculo que deberá resolverse es el tema ambiental. La OPDS ya cuenta con parte del estudio del predragado aunque deben acoplarse muestras de 18 puntos distintos de la boca y espejo interior del puerto para ser analizadas en el laboratorio. Las muestras ya comenzaron a tomarse y en el Consorcio creen que con ese trámite iniciado pueden seguir avanzando en el pliego.
En este contexto de pandemia los laboratorios están desbordados aunque en la sede de la OPDS garantizaron que en 45 días estarán los resultados de las muestras. Eso determinará el otro punto central: dónde arrojar los sedimentos del área de giro. Si tendrán que ser refulados o podrán tirarse mar adentro como en la segunda etapa de la obra que realizó Canlemar SL en 2018.
Días atrás Felizia recibió en el Consorcio a los prácticos del puerto con quienes compartió los resultados de la última batimetría encargada por Terminal de Contenedores 2. Para los prácticos no fue información reveladora. Ya habían participado de una reunión con los directivos de TC2 donde les mostraron el trabajo.
“Lo más complicado es la posta de inflamables. En los extremos hay muy poco calado. De ahí se requiere extraer unos 25 mil metros cúbicos de sedimentos”, adelantaron en el Consorcio. En estos días harán la batimetría mensual que realizan para ver cómo evolucionan los distintos sectores.
“Sí, en la posta la situación es complicada plus”, graficó Javier Etchegaray, junto con Marcelo Smith, los prácticos que participaron de la reunión. El petrolero que ingresa a puerto es el Caleta Rosario, con una eslora inferior a los 145 metros. “Por ahora entra”, aseguró el profesional ante la consulta de este medio.
“A nosotros nos había dado una proyección de 440 mil metros cúbicos y a ellos (por TC2), 460 mil m3. Estamos dentro de lo previsible que aporta la deriva de litoral”, reportaron en la administración portuaria.
El problema es que cualquier sudestada puede elevar considerablemente el vuelco de sedimentos al canal y que el acceso al puerto quede en emergencia. Cuánto antes draguen es mejor porque el material no se consolida en el fondo y no es complicado removerlo. Cuanto más tarden en dragar más compacto será y mayor trabajo dará.
El canal principal está obstruido por los desprendimientos del banco de arena formado en el extremo de la Escollera Sur y para poder sortearlo los buques deben transitar por el canal secundario, que no es otra cosa que un camino alternativo para esquivar el cúmulo de sedimentos.
Fuente: Revista Puerto
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