En el pozo: pedidos de permisos para la construcción sufren una caída histórica
El 65% de las solicitudes de obra presentadas en abril fue por refacciones o ampliaciones de viviendas. Piden reactivar aunque sea las labores de pintura.
De mal en peor. Desde la irrupción del Covid-19, el sector de la construcción no ha dejado de acrecentar sus números en rojo y ahora, luego de que se expusiera que en la Ciudad de Buenos Aires existen más de 400 obras paradas en etapa de excavación, un nuevo dato aporta otra confirmación del escenario negro que transita el ladrillo.
Desde el Consejo Profesional de Arquitectura y Urbanismo (CPAU) aportaron precisiones sobre los pedidos de nuevas obras solicitados en este escenario de cuarentena. El resultado, a tono con el derrumbe que padece toda la actividad vinculada al negocio inmobiliario: abril mostró una caída del 70 por ciento respecto de igual mes de 2019. Y una merma del 60 por ciento comparado con marzo.
Con el detalle, además, de que el 65% de los pedidos de obra -bajo la forma de encomiendas- correspondieron a refacciones o ampliaciones de viviendas. «O sea, arreglos en casa propia, por lo que tampoco se los puede considerar inversiones de desarrolladores o la forma habitual del negocio», aportó a iProfesional Darío López, presidente de la Sociedad Central de Arquitectos (SCA).
Los datos que acercó CPAU exponen que en abril hubo una única solicitud para un proyecto por encima de los 10.000 metros cuadrados, y cuatro entre los 5.000 metros cuadrados y la cifra anterior.
«Superando los 10.000 metros cuadrados ya hablamos de una torre, un edificio importante de tal vez 60 unidades si lo dividimos en departamentos de uno, dos y tres ambientes. Contando la tierra, hablamos de un proyecto que tranquilamente podría estar en el orden de los 30 millones de dólares», estimó López.
El grueso de los pedidos, siempre de acuerdo a lo asentado por CPAU, corresponde a obras por hasta 360 metros cuadrados (54 de las solicitudes de un total de 82). Esto implica modificaciones y mejoras en viviendas fuera del ámbito de los desarrolladores y, señalan en el ámbito del ladrillo, concretadas en la mayoría de los casos con materiales adquiridos mucho antes del establecimiento de la cuarentena.
Fuentes cercanas al Consejo de Arquitectura señalaron a iProfesional que el coronavirus y las disposiciones sanitarias establecidas para contrarrestar la pandemia terminaron por asestarle otro mazazo a una actividad que ya el año pasado mostró una parálisis en crecimiento a partir de la modificación del código urbanístico de la Ciudad.
Freno extendido
«El año pasado hubo un freno muy fuerte porque cada pedido de obra, a partir de la modificación, entró en etapa de interpretación urbanística y el gobierno porteño retaceó las aprobaciones. Ahora, a todo ese declive se sumó la situación del coronavirus», comentaron las voces consultadas.
Además de reconocer que las encomiendas mantuvieron un relativo movimiento a partir de las mejoras o ampliaciones, desde el entorno del CPAU se empezó a solicitar una flexibilización del cepo operativo impuesto a los proyectos en desarrollo como forma de reactivar el empleo y las inversiones en el segmento.
«La solicitud comprende aquellos emprendimientos a los que les falta muy poco para resultar concluidos. Los constructores y arquitectos empezaron a pedirle a Larreta que permita retomar los trabajos. Estamos hablando de obras que, para ser concluidas, no requerirían la labor de mucha gente, sino todo lo contrario. Hay proyectos muy avanzados que podrían generar movimiento económico en el corto plazo», sostuvieron las fuentes.
«Hay emprendimientos que requieren de una dotación muy chica, de un solo sindicato en muchos casos, para quedar terminados. No estamos hablando del lanzamiento de proyectos nuevos. Por supuesto, siempre desde la perspectiva de trabajar a partir de un protocolo eficiente y que garantice la seguridad sanitaria de la mano de obra», añadieron.
López, del SCA, se pronunció a tono con lo expuesto desde el entorno del Consejo de Arquitectura. «Hay obras a las que les falta un mes de trabajo, a lo sumo dos, que tranquilamente podrían volver a la actividad sin que ello implique poner en riesgo la salud de las personas. Ya se pensaron pautas para alejar cualquier posibilidad de contagio en las labores en los proyectos inmobiliarios», dijo.
«En varios emprendimientos apenas falta completar algunos aspectos puntuales que quedaron congelados a partir de la imposición del aislamiento obligatorio. Vale recordar que en muchos obradores los empleados cerraron un día a la tarde pensando en continuar durante la jornada siguiente. Y la irrupción de la cuarentena impidió volver incluso a guardar las herramientas», aseguró.
El presidente del SCA puso a la pintura como ejemplo de las labores que podrían retomarse sin complicar el cuadro sanitario.
«En algunos proyectos sólo falta completar esa terminación. Con un sólo gremio se podría completar el trabajo, apenas un grupo de pintores con todos los recaudos tomados. No tiene sentido mantener parados los emprendimientos por detalles de obra que puede concluirse con una dotación de gente más bien escasa en cuestión de muy pocas semanas», expresó.
Paisaje de obras paradas
Como expuso iProfesional anteriormente, el escenario porteño es uno de los territorios que quedó afuera de la flexibilización otorgada por el Gobierno nacional a principios de esta semana. La contracara corresponde a Misiones, San Juan, Neuquén, Santa Cruz, Salta, Entre Ríos, Mendoza, La Pampa y Jujuy, que con la aplicación de fuertes medidas sanitarias retomaron la labor en los obradores.
La decisión de dejar afuera a la Ciudad resultó observada por la Cámara Argentina de la Construcción (CAMARCO) como otro empujón al precipicio para los más de 100.000 puestos de trabajo que genera el rubro sólo en esta parte de la Argentina.
«Todas las obras están paralizadas en Buenos Aires», confirmó a iProfesional Iván Szczech, flamante titular de CAMARCO, quien además sostuvo que la restricción vigente en Buenos Aires incluso impide el mantenimiento de los proyectos a medio desarrollar.
«Es preocupante también en términos de seguridad. Hoy no existe permiso siquiera para controlar la situación de las construcciones. Entrar a una obra y hacer algún tipo de trabajo, incluso en el aspecto del mantenimiento, es directamente ilegal. Todo esto ocurre en un contexto en el que sabemos que habrán proyectos que no se continuarán por el contexto económico negativo de los mismos inversores», anticipó.
Desde la Sociedad Central de Arquitectos, López se pronunció a tono con estos dichos. Y expuso ante iProfesional que la imposición del aislamiento total derivó en la parálisis de proyectos que recién se estaban iniciando y en una situación que encendió más de una alarma entre los vecinos.
«Como no se puede mover un ladrillo, solamente en lo que corresponde a la etapa de excavación quedaron más de 400 proyectos paralizados. Estamos hablando de una instancia de obras que es crítica en términos de seguridad. Ni bien se impuso la cuarentena se frenaron las excavaciones y también las demoliciones, con todo lo que eso implica en cuanto a seguridad», dijo el experto.
López expuso que en los últimos días el Gobierno de la Ciudad comenzó a promover que esas obras a medio excavar comiencen a completarse. Sin embargo, lo que domina es una inactividad generalizada que terminó generando otros problemas sanitarios en paralelo a la preocupación por el coronavirus.
«Además de la seguridad que empezó a preocupar por la inactividad en las obras, también comenzó a hacerse visible la preocupación en torno al dengue y las ratas. Los proyectos quedaron parados, se comenzó a juntar agua. En la mayoría de los casos ni siquiera se alcanzaron a retirar los volquetes», advirtió ante iProfesional.
Fuente: iprofesional
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