Por la crisis, Rosario achica la obra pública
Anunció un programa de reducción que abarca diversas áreas para ahorrar alrededor de 600 millones de pesos. Los sectores sanitario y social serán los menos afectados y allí se concentrarán los mayores esfuerzos.
La intendenta Mónica Fein anunció un programa de reducción de gastos para diversas áreas de la administración municipal a través del que proyectó un ahorro de unos 600 millones de pesos hasta el 10 de diciembre. Así lo confirmó a La Capital el secretario de Hacienda del Palacio de los Leones, Santiago Asegurado, al subrayar que los mayores esfuerzos de la administración estarán concentrados en las áreas sanitarias y sociales. «Vamos a hacer más lenta la obra pública y no licitaremos nuevos trabajos; también recortaremos recursos. El rosarino no lo va a percibir porque no se afectan sectores esenciales», prometió el funcionario.
Luego de una reunión con todo su gabinete, Fein puso en marcha una serie de medidas con el fin de reducir gastos en distintos rubros del ámbito municipal. La causa esgrimida fue la fuerte devaluación de la moneda, el escenario de volatilidad de la economía y la caída sostenida de la recaudación.
Sobre este último punto, datos oficiales expresan que, desde hace ya varios meses, la suma de coparticipación nacional, provincial y los tributos municipales crece tan sólo un 15 por ciento, debajo de la inflación
En este escenario, la Intendencia recordó que debe afrontar la cláusula gatillo establecida en la paritaria de los trabajadores municipales, las actualizaciones en distintos servicios públicos y los insumos dolarizados en las áreas de salud, obras pública y transporte, lo que pone a Rosario en el mismo estándar de complejidad que el resto de los municipios del país.
Amén del «equilibrio de las cuentas» que, recordaron los funcionarios municipales, se viene aplicando en la administración de recursos, «ante la coyuntura actual y frente al proceso de transición que se viene llevando adelante, se considera imprescindible establecer medidas complementarias de racionalización administrativa», dijeron.
En concreto, el foco de los dineros públicos estará volcado al gasto social, asistencia alimentaria, salud y servicios públicos indispensables.
El paquete contiene varios puntos, pero giran en torno a la suspensión de la obra pública que estaba en carpeta, reducción en la contratación de vehículos, servicios y horas adicionales no aplicadas a tareas imprescindibles y una rediscusión del ajuste automático de los contratos de servicios y obras públicas. Este ítem, será polémico, dinámico y traerá fuertes debates entre concesionarios y contratistas con el municipio, ya que la fiebre inflacionaria cambió el esquema de proyección y las redeterminaciones de precios serán un tema a resolver.
En el programa se incluye la suspensión de nuevos contratos y la adquisición de bienes de capital (computadoras y mobiliario de oficina, entre otras cosas).
También se incluyó algo que opera en la actualidad, desde comienzos de mes: el congelamiento de los salarios de todo el gabinete y personal político.
Algo que sí sostendrá el municipio serán los incentivos al consumo, que se articulan con el comercio local bajo la órbita del programa Precios Justos.
Quien va a monitorear el funcionamiento de este paquete será una comisión para el seguimiento de variables financieras, económicas y sociales. Va a medir el pulso de las acciones de las secretarías de Gobierno, Salud, Promoción Social, y Ambiente y Espacio Público. El alcance del plan de contingencia será válido hasta el 10 de diciembre próximo, día en que asumirá el nuevo intendente, Pablo Javkin.
«En un contexto extremadamente delicado, en el que no existe margen para solicitar ningún tipo de esfuerzo extra de los contribuyentes, es necesario revisar la política de erogaciones establecida por el municipio hacia los últimos meses del presente año. Entendemos que la adopción de medidas correctivas oportunas permitirá la concreción de los objetivos establecidos con anterioridad y el cumplimiento de los compromisos asumidos», sostuvieron los funcionarios tras el encuentro con Fein y todo el gabinete del Ejecutivo.
«Seguiremos con obras, pero en forma más lenta»
«Vamos a seguir las obras que estamos desarrollando, pero más lento», subrayó el secretario de Hacienda municipal, Santiago Asegurado, al justificar el nuevo escenario en el que la gestión local adoptó estas decisiones: «Creemos que es la oportunidad de poner un freno en todo lo que no sea indispensable».
En la misma línea, el funcionario afirmó que los reajustes en las cuentas públicas no se sentirán en la ciudadanía. «El rosarino no lo va a percibir», dijo. Para comparar las áreas que estarán priorizadas, el funcionario citó a salud, promoción social y sectores de trabajo territorial en los barrios. «Las locaciones con vehículos contratados como maquinaria quedarán en un segundo plano. También se reducirá la magnitud de las horas extra, el mantenimiento urbano. «Las finanzas crecen a un ritmo menor que la inflación y estamos parados en un contexto recesivo y de mayor escalada de precios. Tendremos que quitar adicionales, refuerzos en limpieza y analizar el modo de cómo iremos llevando la obra pública en lo que queda de la gestión», puntualizó.
Un tema sensible será el proceso de negociación con las empresas contratistas de servicios y obras a la hora de redeterminar los precios de los contratos y licitaciones. Lo automático quedó en el pasado.
Fuente: La Capital (Santa Fe)
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