Dos consorcios se disputan el contrato para modernizar la terminal de Retiro
En medio de las obras más importantes que realizó la ciudad y de los miles de millones de pesos que se han invertido para mejorar la zona del puerto porteño hay un pequeño rincón detenido en el tiempo: la estación de ómnibus. Retiro, como se la conoce, no pudo ser modernizada en estos cuatro años pese a que la concesión venció en 2015. Recién el viernes pasado se abrieron los sobres para una nueva licitación, y hubo dos propuestas. Una de ellas, de un grupo de sociedades vinculadas con la actual administración, que conduce Néstor Otero; la otra, de un grupo liderado por la familia Neuss.
«Concesión de la Estación Terminal de Ómnibus de Retiro de la CABA (ETOR)», dice el acta de apertura. Fueron dos ofertas. Neuss Capital, confirmada el 1º de agosto; la otra, de Terminales Terrestres Argentina, una firma ligada a Otero, uno de los empresarios que estuvieron detenidos en la causa de los cuadernos. De esta manera, el gobierno nacional volvió a licitar la estación terminal casi dos años después de haber iniciado la primera y ocho meses después de haberla anulado. De aquella a esta quedó en el camino una propuesta en la que estaba un grupo brasileño cuyo representante en la Argentina era otro de los empresarios que quedaron implicados en la causa que se originó a través de los escritos del remisero Oscar Centeno.
«Neuss Capital fondo de inversión, liderado por Germán Neuss, especializado en inversiones en concesiones, empresas de servicios públicos y real estate, asociado al Grupo Lecueder, con amplia experiencia en terminales de ómnibus y centros comerciales del exterior, proponen la revalorización de Retiro con un nuevo atrio urbano de ingreso, un paseo comercial aledaño a la terminal y un sector de cowork en el nivel superior», describe una de las propuestas.
Lecueder es un grupo uruguayo que opera la Terminal de Ómnibus de Tres Cruces de Montevideo, Salto, Mercedes y Paysandú, con un total de 73 andenes para la operación de los ómnibus y más de 700 empleados, así como también los shoppings Montevideo, Portones, Nuevo Centro y Colonia Shopping, además del complejo de edificios World Trade Center Montevideo.
Del otro lado está un consorcio relacionado con Otero, quien actualmente administra la estación de ómnibus, después de tener cuatro prórrogas otorgadas por el Gobierno. La estación se ha convertido en el eje de una polémica regulatoria. Pese a que el decreto de llamado a una nueva licitación lo firmó Cristina Kirchner, jamás se avanzó en un nuevo contrato. Mientras en la zona el gobierno de la ciudad concentró gran parte de la inversión y de los planes urbanos a corto plazo, la estación está en unas condiciones que le valieron varios informes críticos de los organismos de control y otras tantas denuncias de los usuarios.
Otero está nombrado en la causa de los cuadernos por haber entregado 250.000 dólares a Nelson Lazarte, un secretario de Roberto Baratta, en sus oficinas de Retiro. El pago se habría hecho el 3 de junio de 2015. El 21 de agosto de 2018, en momentos en que personal de la División Operaciones Federales de la Policía Federal llevaba adelante el allanamiento de su domicilio en Avellaneda, el personal policial le secuestró un revólver de simple y doble acción calibre 22 largo rifle marca Doberman y un pistolón tiro a tiro de dos caños superpuestos calibre 32 marca Rexio modelo Super, ambos sin documental.
Además, en otro domicilio del llamado «Zar de Retiro» la policía encontró tres cajas fuertes en las que había un millón de dólares y otro millón, pero de pesos.
Otero compite ahora con Terminales Terrestres Argentina, una empresa que está domiciliada en Lima 385, piso 11. Tiene ocho empleados, dos de ellos de apellido Otero: sus hijos Diego y Luciano. No anduvo con demasiada estrategia para esconderse detrás de las sociedades el Zar de Retiro. Por caso, Lima 385 SA es una sociedad compuesta por su cuñado, Raúl Omar Glories, y por su hijo Luciano; Haras Dilu, otra, que tiene como socios al propio Otero y a su mujer, Gloria Otero; NlddBgroup, una más, conformada por padre e hijo; Spot Comunicación, una sociedad anónima que creó en 2009 junto a Antonio Fernández y Llorente, y Terminal San Martín tienen algo en común: el domicilio en Lima 385, piso 11.
Estación Dellepiane
Uno de los interrogantes que siempre sobrevolaron la historia de Cambiemos con el empresario es la construcción de la terminal ubicada en la zona sur de la ciudad, la estación Dellepiane. Aquellas instalaciones están prácticamente sin uso. Siempre se dijo que el dinero para poder construirla fue un desembolso privado que venía del bolsillo de Otero. Pero no son pocos los que especularon con que gran parte había sido un crédito del Banco Ciudad. Lo cierto es que pese a la voluntad y a las críticas de los usuarios Otero mantuvo la concesión durante los cuatro años de Mauricio Macri en la Casa Rosada. La historia crediticia del transportista puede llegar a explicar gran parte de la inesperada dilación. En 2017, Terminales Terrestres de Argentina (TTA) tenía una deuda a julio de 2017 de 13,2 millones de pesos con el Banco Ciudad, pero ahora esa acreencia se redujo y ya está en 1,9 millones. No son pocos los malpensados que creen que el Gobierno le regaló tiempo a Otero como pago de algún compromiso previo. Cuatro años, cuatro prórrogas y dos licitaciones. Y aún el Zar de Retiro está en camino.
Fuente: La Nación
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