El complejo escenario que enfrenta el sector de la construcción
El drástico ajuste que se puso en marcha para alcanzar el equilibrio fiscal afecta a este motor de la economía.
El sector de la construcción quedó contra las cuerdas por el drástico ajuste que puso en marcha el Gobierno nacional para alcanzar el equilibrio fiscal hacia fines de 2019 y por la nueva política monetaria del Banco Central para revertir la carrera inflacionaria.
Por un lado, el plan de austeridad (que la administración de Mauricio Macri le prometió al Fondo Monetario Internacional a cambio del reforzar el megacrédito para blindar el frente financiero) paralizó la obra pública y, por el otro, los proyectos privados agonizan por las elevadas tasas de interés y las extremas condiciones para acceder al financiamiento.
“La situación del sector está complicada, principalmente por la cuestión de la obra pública, porque gran parte del ajuste fiscal pasa por ahí, planteó Gustavo Weiss, presidente de la Cámara Argentina de la Construcción (CAC), ante la consulta de este diario.
Y aunque el dirigente aclaró que en el sector privado “la cosa no está tan complicada todavía”, sí advirtió que “la obra privada tiene una directa relación con la marcha de la economía”. Al respecto, reconoció que el panorama no es alentador porque “no se prevén buenos tiempos para lo que resta del año, ni para el principio del año que viene”.
Los pronósticos de Weiss se fundamentan en las propias proyecciones oficiales respecto a una prolongada recesión. La apuesta del equipo económico de la Casa Rosada es que el contexto comience a mejorar entrado el año próximo con los aportes de los sectores agroexportadores.
Otro de los estímulos que aún ven lejos en el horizonte es la reducción de las tasas de interés que fija el Banco Central para definir su política monetaria. Bajo la conducción de Guido Sandleris y con el objetivo de secar la plaza de pesos, la autoridad monetaria elevó alrededor de 10 puntos porcentuales (71,99%, según la operación del viernes) los rendimientos anuales de las letras a siete días que opera con los bancos.
Así como la construcción representa uno de los principales motores de la actividad económica y uno mayores generadores de puestos de trabajo, también es uno de los ámbitos más sensibles ante los vaivenes que protagonizó el país en los últimos meses, fundamentalmente a partir de la crisis cambiaria que aceleró la carrera inflacionaria.
El último informe sobre los indicadores de coyuntura de la actividad de la construcción que difundió en agosto pasado el Indec reveló que el sector mantiene una constante desaceleración desde febrero pasado y que se aceleró en mayo, en línea con la disparada del dólar. A partir de ese momento, la caída de mes a mes fue de 0,7 por ciento.
El frenazo en la obra pública se tradujo además en el desplome de los pedidos de asfalto, que en agosto cayó 31 por ciento respecto al mismo período del año pasado.
También disminuyeron las compras de cales (-9,7%), de cemento portland (-0,6%), de hierro y aceros (-4,3%), y de ladrillos huecos (-0,6%), entre otros.
Consultado por este diario, el Secretario General en la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (UOCRA), Gerardo Martínez, alertó que existe una “ola de despidos en las distintas actividades a partir de lo que genera la recesión y de los daños colaterales que produce”.
En el segundo trimestre del año la desocupación se incrementó y alcanzó al 9,6%, siendo el sector de la construcción el de mayores pérdidas de puestos de trabajo: pasó del 1,3% en el primer trimestre, hasta el 1,8% en el segundo.
“Lo importante sería que el Gobierno, así como se ocupa de atender las cuestiones macroeconómicas en la relación con el FMI y otros brokers internacionales, también se preocupe con la misma intensidad, con el mismo rango de importancia, para dar una respuesta contundente, diferente, de esperanza a la sociedad en su conjunto”, reclamó el sindicalista.
Fuente: Los Andes
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