Empresarios de Santa Fe impulsan un proyecto para reactivar el puerto
Aseguran que con el puerto inoperable desde fines de 2016 los exportadores pierden 50 millones de dólares por año entre fletes terrestres, seguridad y gastos administrativos de la terminal portuaria de Buenos Aires. Aseguran que en menos de un año se podría llamar a licitación
Las empresas exportadoras e importadoras de Santa Fe y la región están impulsando un proyecto que le dé vida portuaria al puerto de la ciudad. El crecimiento inmobiliario que hubo en los terrenos de la terminal fluvial santafesina en los últimos años fue exponencial, pero las empresas que mueven la producción santafesina advierten que la inactividad del puerto les genera pérdidas estimadas en 50 millones de dólares por año.
El presidente de la Cámara de Comercio Exterior de Santa Fe y coordinador de Pro Puerto (un grupo de empresas santafesinas que impulsa la reactivación portuaria), Gabriel Culzoni, le dijo a UNO Santa Fe que «desde el punto de vista del movimiento de los contenedores, el puerto está parado. Desde que se retiró Loginter (diciembre de 2016), el movimiento es prácticamente cero».
Pero esa inactividad puede traer aparejadas otras consecuencias como poner en riesgo el futuro de una Aduana que, al no tener movimiento de salida, no cumple el rol que debería cumplir. «Si una ciudad portuaria como Santa Fe tiene cero actividad portuaria, algunas cosas anduvieron mal o muy mal y se deben corregir», dijo Culzoni y anticipó que la idea que están desarrollando busca «agregar la creatividad privada».
El armado del negocio se basa en poner en manos de un operador world class, de clase internacional, para generar confianza y que toda la carga de contenedores de la región, que es mucha, vea en el puerto de Santa Fe un socio estratégico para sacar su mercadería al mundo. «Es armar un negocio del esquema capitalista de la mano de gente de primer nivel mundial, pero con la aprobación del sector público que en última instancia es el que tiene la lapicera», definió Culzoni.
El trabajo que vienen realizando desde Pro Puerto tiene como base un estudio que realizó el Centro de Estudios para el Desarrollo Portuario Logístico Avanzado (Cedpla) a pedido del gobierno provincial y que data de noviembre de 2016. En ese documento se hace un análisis de toda la demanda potencial de carga que podría pasar por el puerto local y, además de lo que se produce en el centro norte de la provincia, también apunta como posible carga lo que se produce en el área primaria ampliada compuesta por Entre Ríos, Córdoba, La Rioja y San Juan. Y también el potencial productivo del noroeste y el noreste argentino.
El vicepresidente de la Sociedad Rural de Santa Fe e integrante de Pro Puerto, Hugo Iturraspe, aseguró que hace tiempo que hay conversaciones con las autoridades de la provincia y con empresas que tienen interés de explotar el puerto de Santa Fe. «Creemos que Santa Fe, de una vez por todas, se tiene que largar a generar recursos desde este puerto porque al tenerlo inactivo se perjudica la ciudad y la región».
«Yo que vengo del sector productivo agropecuario, creo que se nos está cerrando una puerta muy importante. Tenemos que canalizar todo por Rosario cuando tenemos un puerto que hace unos años nos servía para sacar la mercadería del campo. Hoy los fletes inciden cada vez más en los precios, por eso creemos que si tenemos este puerto activo podemos generar un beneficio a los productores agropecuarios y a las pymes. Tenemos que ponernos de acuerdo y dejar de perder tiempo», afirmó.
Aval del gobernador
Los empresarios santafesinos aseguraron que esta iniciativa cuenta con el aval del gobernador Miguel Lifschtiz y piden no seguir perdiendo el tiempo. «Todo esto es un trabajo con mucha transparencia porque queremos que participen todas las empresas de Santa Fe y sus alrededores, lo que nos permitiría tener un puerto reactivado. Si nosotros no logramos reactivar este puerto, cómo vamos a llegar al puerto de aguas profundas que es el que se está pensando para dentro de unos años», se preguntó Iturraspe.
Al momento de hacer foco en el perjuicio que genera la inactividad portuaria, el cálculo que hacen los dirigentes empresariales se basa en el estudio que hizo Cedpla. «Se estima que en dos años este puerto podría mover, no en una hipótesis optimista sino moderada, unos 40.000 teus (contenedores llenos o vacíos). Si esta terminal puede mover esa cantidad, el perjuicio que estaríamos teniendo quienes movemos nuestra mercadería por Buenos Aires sería de no menos de 1.200 dólares promedio por contenedor. Para quienes estén en Rafaela será más que para las empresas que están más cerca del puerto. Eso significaría que el sector pyme exportador está perdiendo 50 millones de dólares todos los años por la demora de la puesta en marcha de la terminal actual», argumentó Culzoni.
Los costos de flete terrestre y los gastos administrativos del puerto de Buenos Aires –que son más grandes que los de la terminal portuaria local– los sufren tanto los exportadores como los importadores. Muchas veces, una empresa que exporta necesita de un insumo que viene de importación. Si eso tiene que pagar los costos del puerto de Buenos Aires, un flete promedio de 1.200 dólares para llegar a Santa Fe, un precinto electrónico (elemento de seguridad para asegurar que el contenedor no fue abierto en el camino) de 350 dólares, los productos que se elaboran en Santa Fe o la región se encarecen.
«Y cuando se elabora el producto y vuelve a vender la mano de obra santafesina al exterior, de nuevo se encarece el circuito con otro flete a Buenos Aires y todo lo demás. Todo ese costo es lo que evaluamos en 50 millones de dólares al año y son muchas las empresas incididas, tanto pymes como grandes», detalló Culzoni, que además asegura que «el puerto de Buenos Aires es caro y está atiborrado».
Iturraspe, por su parte, estima que llevando la mercadería por agua se abaratarían «muchísimo los costos de fletes de todas las empresas» que se ahorrarían los precintos y las custodias, entre otros gastos. «Los costos se reducirían casi un 50 por ciento», asegura.
Uno de los ejemplos que grafican la situación es el de una empresa local que importa desde Turquía cemento blanco para su producción. El flete Turquía-Buenos Aires le cuesta 400 dólares. Mientras que de Buenos Aires a Santa Fe tiene 350 dólares de precinto electrónico, 1.200 dólares de flete por camión, más los gastos del puerto de Buenos Aires por 500 dólares. «Cuando uno suma todo se da cuenta que no tener operativo el puerto de Santa Fe es un dislate», aseguró.
Fuente: Uno Santa Fe
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