Plottier-Arroyito: otro tramo de la Ruta 22 que avanza a paso de tortuga
NEUQUÉN. Son 35 kilómetros de peligro que corresponden a la ampliación de la calzada. Hay puntos donde la señalización del carril es confusa e incluso hubo accidentes por este motivo.
Hay tramos de pavimento terminado pero no habilitado. Ciclistas y automovilistas lo usan igual.
Transitar sobre la ruta nacional 22 en el tramo Plottier-Arroyito es un desafío que requiere de mucha paciencia y de una atención especial sobre los carriles. Los problemas de una obra que está inconclusa aumentan con el intenso tráfico del verano que carga de vehículos el camino en sus dos sentidos.
Los trabajos a media máquina de esta nueva extensión de una multitrocha que nace en el puente carretero que une Neuquén con Cipolletti y que se prolongan por poco más de 20 kilómetros hasta el extremo oeste del casco urbano de Plottier, generan trastornos a los viajeros y a los vecinos de la localidad.
Desde el último semáforo ubicado en Ruta 22 y calle Olascoaga de Plottier las obras de los nuevos carriles son visibles a poco metros de distancia, pero aún no se conectan. Si un conductor circula en dirección a Senillosa –es decir de este a oeste–, se puede ver sobre el margen izquierdo de la banquina una ancha cinta asfáltica sin habilitar.
Desde ese punto de Plottier hasta la rotonda que une las rutas nacionales 22 y 237, en Arroyito, existen 35 kilómetros de camino que son acompañados de un obras inconclusas que iniciaron a mediados del 2013, con un presupuesto inicial de 231 millones. Es un recorrido que se puede conectar a una velocidad moderada, entre 60 y 80 kilómetros por hora, en poco más de 30 minutos.
En todo el camino predominan los carteles que limitan la velocidad, las advertencias de obras con carteles refractarios y unos tachos metálicos de color naranja y blanco que van delimitando los lugares por los que se puede transitar. Sin embargo, los obreros y las máquinas viales brillan por su ausencia.
Tres puntos conflictivos
En una recorrida que realizó “Río Negro” por el tramo mencionado se pudieron identificar al menos tres sectores de la ruta que generan dificultades para cualquier conductor. El primero –siguiendo el sentido este oeste- es el en el famoso rulo que conecta la Autovía Norte por la ruta de circunvalación con la Ruta 22.
El problema se genera cuando los autos que circulan por la ruta nacional quieren pasar por debajo del puente, porque antes de llegar hay una curva prolongada con una inclinación que dificulta la visualización correcta del camino que se debe seguir. Allí la calzada se divide con un paredón de material y se abre en dos carriles de doble mano.
De hecho el pasado 18 de septiembre un camión que llevaba suministro hacia Chos Malal ingresó por la mano contraria y chocó de frente en ese punto contra el auto en el que viajaba una pareja de policías .
Otro sitio crítico se encuentra a la altura del kilómetro 1.267, unos metros antes de llegar a la estación de servicio YPF de Arroyito, donde se está construyendo una colectora con un puente sobre la ruta, en el ingreso a la ripiera de la empresa CN Sapag.
Finalmente el cruce conecta las rutas nacionales 22 y 237, en Arroyito, es el escenario de una gran obra vial que consiste en un puente que pasará por encima de la rotonda. Justamente para acceder a la rotonda hay problemas de señalización, el asfalto está en mal estado y es una zona con concentración de tráfico cruzado.
Para hablar de todos estos problemas, “Río Negro” intentó comunicarse con autoridades de Vialidad Nacional, pero no obtuvo respuestas.
Disputas territoriales demoraron el proyecto
El avance de las obras también se vio empañado durante años por la presencia de comerciantes y de viviendas ubicadas a pocos metros de la Ruta 22, en sectores donde estaba definido el trazo de los nuevos carriles.
Un caso testigo es de Pedro Bidevich, un comerciante que tenía un tradicional puesto de comidas al paso y de conservas entre Senillosa y Arroyito, que tuvo que esperar tres años para que Vialidad Nacional llegue a un arreglo económico para la expropiación de local.
Bidevich había comprado siete hectáreas en 1994, donde instaló un concurrido almacén de productos elaborados, en el kilómetro 1.259. Luego de tres años de incertidumbre, Vialidad Nacional comenzó a desmontar el puesto a mediados del 2017.
Si bien no trascendió el monto de la indemnización, en el mes de junio pasado, el hombre detalló que el acuerdo fue para la expropiación de 8.000 metros cuadrados que interferían con el avance de la obra.
El precio de la obra no está actualizado, pero el presupuesto inicial de los trabajos se estimó en 231 millones de pesos. Las tareas se encuentran inactivas.
Unión de las rutas nacionales 22 y 237
El director de Vialidad Provincial, Carlos Schenk, explicó en declaraciones radiales que Vialidad Nacional ha avanzado en modificaciones de los trabajos que se están realizando sobre la ampliación de la ruta y que estará totalmente ejecutada en septiembre del año próximo.
El funcionario indicó que “es una obra que se viene ejecutando hace varios años, que ha tenido inconvenientes porque la política había sido de licitar con anteproyectos, no se tenía un proyecto ejecutivo. La empresa que ganaba tenía que presentar el proyecto ejecutivo y a medida que se va trabajando surgen nuevas solicitudes o alternativas para mejorar lo que se está haciendo”.
Schenk señaló que “se están aprobando en estos días, nos comentaba la gente de Vialidad Nacional, los últimos cuadros modificatorios con los cuales se tendrían ya el plan de trabajo a ejecutar y con lo que se prevé para septiembre del año que viene toda la obra ya ejecutada, completa, con todos los trabajos que se están pidiendo que se realicen”.
Aclaró que el tramo de la Ruta 22 que cruza Plottier pasará a ser avenida urbana y que el nuevo trazado de la calzada nacional se conectará con la Autovía Norte a través del rulo de circunvalación. “La idea es no tener ningún tipo de interferencias, no va a haber semáforos en este tramo –Arroyito a China Muerta– para agilizar y dar fluidez al tránsito”, puntualizó.
La ampliación de la ruta comenzó a principios de mayo del 2013, luego de casi dos años y medios de la licitación original de los trabajos. Las obras están a cargo de la UTE conformada por CN Sapag y Electroingeniería SA y comprenden en total la modificación de 35 kilómetros de ruta. En gran parte del recorrido se contará con una calle colectora en la margen sur, para facilitar el tránsito local.
La licitación original del proyecto se hizo en el 2010. Es una modificación que involucra un trayecto de 35 kilómetros, incluida una colectora.
No muy rápido
60 kilómetros por hora, o en el mejor de los casos 80, es la velocidad a la que se puede recorrer el trayecto.
Fuente: Diario Rio Negro
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