Construirán en Tigre un estadio techado con capacidad para 14.000 personas
Será el primero para eventos masivos en la zona norte; el proyecto fue concesionado a un privado, que lo explotará por 30 años; alrededor habrá locales comerciales y 2500 espacios de estacionamiento.
Si el plan prospera tal como está previsto, Tigre tendrá dentro de dos años un estadio techado para 14.000 personas en un predio situado casi al final del Acceso Tigre. El proyecto fue adjudicado a una empresa que planifica desembolsar $423 millones para levantar un complejo tipo arena con locales comerciales en su entorno. De esa forma, la zona norte del conurbano tendrá finalmente un espacio donde organizar y recibir eventos artísticos y deportivos masivos, una idea que había fracasado en dos municipios de la región.
El proyecto atravesó gran parte del recorrido administrativo. La licitación pública fue convocada en noviembre de 2016, pero pese a haber sido nacional no trascendió. El año pasado, con el decreto Nº 934, el intendente Julio Zamora le adjudicó el plan a Ingeniería y Comunicaciones La Roca, que logró la aprobación del estudio de impacto ambiental y aguarda a que el municipio firme el contrato de inicio de obra, algo que ambas partes señalaron como inminente, principalmente porque hasta ahora no hubo cuestionamientos vecinales.
«Se asemejará al mítico estadio neoyorquino Madison Square Garden, pero con herramientas de última generación, como la acústica, la iluminación y su capacidad de adaptación, ya que podrá albergar todo tipo espectáculos: musicales, circenses, de moda y encuentros de básquet, tenis, voleibol, futsal, handball y boxeo», se entusiasmaron voceros de la intendencia, desde donde informaron que el plazo de ejecución de la obra está establecido en 24 meses.
El predio donde será levantado el complejo tiene nueve hectáreas y queda unos 700 metros antes del final del Acceso Tigre, en Benito Lynch y la colectora oeste, donde funciona un polideportivo municipal, que se mantendrá en ese lugar pero deberá resignar espacios verdes. El estadio en sí ocupará una hectárea, mientras que en su entorno se distribuirán un paseo comercial, un anfiteatro y espacios para que estacionen hasta 2500 vehículos.
Los actores
En el predio elegido funciona hoy un polideportivo con espacios verdes.
Por la magnitud de la obra, la adjudicación a Ingeniería y Comunicaciones La Roca exigía la firma de precontratos con los responsables de ejecutar los proyectos en caso de ganar la compulsa, por lo que se sabe quiénes estarán al frente del proyecto. Grupo Petersen, que preside Enrique Eskenazi, hará la obra civil, mientras que la firma Lanik, que hoy está a cargo de la cubierta de un estadio ruso que será sede del Mundial de fútbol, se encargará de hacer el techo; la consultora Spósito & Asociados tendrá la dirección general.
Ese es el detalle que le dieron a LA NACION voceros de Ingeniería y Comunicaciones La Roca, que preside Fabián Gnoffo, que fue concejal de Vicente López durante la gestión de Enrique García. Según afirmaron en la empresa, el único accionista de la firma es Carlos Banfi, empresario dedicado al servicio de llamadas telefónicas masivas.
Para el emprendimiento, la comuna no tendrá que aportar fondos, pero sí cederá el derecho de explotación del estadio por 30 años, con posibilidad a prorrogarlo por 10 años más. El municipio podrá usar las instalaciones 10 días al año para organizar «eventos culturales abiertos a la comunidad y totalmente gratuitos», según adelantaron desde la intendencia.
El estadio será de 19.000 metros cuadrados y la capacidad de espectadores se distribuirá en 40 palcos, plateas altas y bajas, y campo. La estructura permitirá hacer oficinas y locales comerciales y gastronómicos en el perímetro y en distintos niveles. También está previsto construir otros sectores de locales, de hasta dos plantas, por fuera del estadio. «Podrían llegar a ser 40 locales más», detallaron en Ingeniería y Comunicaciones La Roca, y agregaron que la idea es que el paseo esté abierto independientemente de si hay un show.
Obras complementarias
Entre las obras complementarias, el proyecto prevé hacer en el Acceso Tigre una bajada y una subida a la altura del estadio, siempre a cargo del inversor. «El objetivo es no perjudicar la circulación del tránsito de la zona», remarcaron desde la municipalidad, donde además destacaron que la ampliación del acceso -que será llevado a tres carriles por mano- favorecerá el ingreso y egreso del complejo.
Actualmente esa obra está en marcha. En el tramo que va desde el inicio del acceso en San Isidro hasta Uruguay, límite con San Fernando, el ensanche estará terminado el mes que viene, según adelantaron desde Autopistas del Sol. En cambio, la extensión hasta Tigre está contemplada para este año, pero se encuentra condicionada por el proceso de renegociación de contratos que mantiene el Estado nacional con la concesionaria.
El complejo tendrá dos ingresos y dos salidas, sobre la colectora y sobre Benito Lynch, ambas independientes de las del polideportivo. Además, prevén mejorar calles perimetrales para minimizar las congestiones los días de evento. Ocurre que la posibilidad de que haya complicaciones en el tránsito y ruidos molestos son las preocupaciones principales que surgen entre los vecinos del barrio lindero al predio, Los Tábanos, aunque de todos modos se mostraron optimistas con el plan.
«El proyecto puede generar empleo, levantar la zona. Pero hay que tener presente que Lynch es una calle muy usada por quienes van de Pacheco al centro de Tigre», observó Javier Radaelli, que vive a dos cuadras del polideportivo.
Los otros vecinos que tiene el predio son el Tigre Rugby Club, que tiene sus canchas detrás del polideportivo, y el colegio Manuel Belgrano, cuyo campo de deportes funciona justo enfrente. «El plan es altamente beneficioso, más si logran hacer una bajada desde el acceso», consideró Omar Guntaue, dirigente de Tigre Rugby Club. Por su parte, Victorino Díaz, del área administrativa del colegio, señaló que «a título personal» el proyecto «es positivo para la zona».
Acústica especial
Desde Ingeniería y Comunicaciones La Roca señalaron que el techo «tiene una acústica que evitará que se propague el sonido desde el exterior hacia las residencias vecinas», mientras que prometieron que una vez que esté operativo el estadio pondrán «colectivos que unan el complejo con la estación de trenes de Tigre, para evitar que el público se mueva en auto». Voceros de la municipalidad explicaron que «la empresa presentó un estudio de impacto ambiental y vial que determinó que no se afectará el funcionamiento del polideportivo ni del entorno».
Los reparos para desanudar cualquier tipo de cuestionamiento vecinal se apoyan en una experiencia similar, pero truncada, en San Isidro. En 2010, el Jockey Club tenía acordada una inversión para levantar un estadio similar dentro del Hipódromo de San Isidro, en Márquez y Santa Fe. Pero hubo oposición vecinal por temor a embotellamientos y ruidos molestos, y de socios de la institución, lo que forzó a que el intendente Gustavo Posse desestimara el plan.
Existe otro antecedente, que nunca llegó a avanzar más allá de la idea: desde 2005, en Vicente López se habla de la posibilidad, nunca formalizada, de que el empresario Carlos de Narváez haga un estadio en terrenos que tienen de cara la costa del Río de la Plata.
En cambio, en 2015, pero en el noroeste del conurbano, Malvinas Argentinas inauguró en Tortuguitas el DirecTV Arena, un estadio con capacidad para 15.000 personas.
La apuesta arquitectónica: que sea un ícono
Desde el punto de vista arquitectónico y conceptual, la Municipalidad de Tigre busca que el futuro estadio se convierta en un ícono de la ciudad. Es que, si se materializa el plan, pasaría a ser el primer edificio de magnitud que se podrá observar al ingresar por el Acceso Tigre. Y como la decisión es que la fachada del edificio esté recubierta en madera, en distintas tonalidades, la expectativa es que la imagen que ofrezca sea de «armonía con la naturaleza». Desde Ingeniería y Comunicaciones La Roca detallaron que el frente se «trabajará con una paleta de colores existentes en la flora autóctona del Delta, como pinos y eucaliptos». Asimismo, remarcaron que se mantendrán los árboles del predio y se plantarán ceibos, sauces, álamos, jacarandás y lapachos. «Esta respetuosa relación con el entorno buscará representar una de las materias primas más simbólicas del Delta», conceptualizaron desde la municipalidad.
Fuente: La Nación
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