La crisis de la infraestructura vial en Argentina y los desafíos por resolver

La red vial de Argentina enfrenta un deterioro progresivo que pone en riesgo tanto la seguridad de quienes la transitan como el desarrollo económico del país. La mayoría de estas rutas, construidas a mediados del siglo XX, no fueron diseñadas para el volumen y el tipo de tráfico actual. Como ejemplo, el trayecto de Buenos Aires al sur de Mendoza por la Ruta Nacional 188 muestra baches, reparaciones precarias y pavimento en mal estado, mientras que obras importantes, como la conversión de la RN7 en autovía cerca de Junín, están paralizadas.

La situación no es mejor en otras regiones. La Ruta Nacional 7, que conecta San Luis con el resto del país, presenta tramos de autopista deteriorados y sectores de doble vía con falta de mantenimiento, alternados con trayectos de una sola mano que complican el tránsito pesado. El problema se agrava con el cobro de pesos que, según los transportistas, no se ve reflejado en mejoras concretas.

Impacto en la logística y los costos

Empresarios del transporte han expresado su preocupación por el estado crítico de las rutas. Cristian Sanz, presidente de la Federación Argentina de Entidades Empresarias del Autotransporte de Cargas (Fadeeac), subraya los riesgos y costos adicionales que enfrentan los camiones en rutas deterioradas, incluyendo daños en vehículos y retrasos. Según Fadeeac, el 70% de las rutas relevantes en el país se encuentran en estado deficitario, lo que incluye pavimento deformado, baches y falta de señalización adecuada.

Además, Gustavo Idígoras, presidente de CIARA–CEC, destaca que el acceso terrestre a los puertos de Rosario es un cuello de botella crítico para la exportación, debido a años de desatención. Algunas licitaciones provinciales y municipales han comenzado a abordar estos problemas, pero las soluciones aplicarán inversiones significativas a largo plazo.

Políticas públicas y propuestas privadas

El panorama actual refleja décadas de políticas pendulares que van desde la privatización de los años ’90 hasta la estatización casi total reciente, sin un plan claro y sostenido. Entre las iniciativas frustradas destaca el modelo de participación público-privada (PPP) lanzado en 2019, que buscaba inversiones para ampliar rutas clave como las RN3 y RN5, pero fue descontinuado con el cambio de gestión.

Actualmente, se analiza un modelo de concesiones inspirado en Chile, que permitiría la participación de inversores privados. Sin embargo, la alta tasa de riesgo país dificulta la atracción de capitales internacionales. Paralelamente, los gobernadores de Neuquén y Río Negro proyectan un plan para pavimentar rutas hacia Vaca Muerta, financiado con bonos garantizados por el sector hidrocarburífero.

Licitaciones y próximas inversiones

En los próximos meses se abrirá la licitación para los tramos de las rutas nacionales 12 y 14, así como el puente Rosario-Victoria, con un pliego que prioriza reparaciones y mejoras en señalización e iluminación. Mientras tanto, algunos gobiernos provinciales buscan alternativas de financiamiento que puedan acelerar proyectos clave y mejorar la transitabilidad en corredores estratégicos.

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