Hidrovía
La hidrovía estatal duró poco: el gobierno de Javier Milei prepara una nueva licitación para la vía navegable troncal Paraná-Paraguay. Luego de las variantes que se analizaron durante el gobierno anterior tras la finalización del contrato con la empresa belga Jan de Nul, la gestión actual retomará el modelo adoptado en los 90 para ceder la operación a privados a través de una concesión de obra pública por peaje. El gobierno provincial no discrepa con la decisión, aunque viene reclamando formar parte del armado del pliego y tener mayor peso en la toma de decisiones. Mientras, entre las voces detractoras lo que aparece es la necesidad de ponderar lo local y los beneficios que podría traer avanzar hacia un modelo mixto entre privados y un Estado interviniendo de forma virtuosa.
La concesión menemista comenzó en 1995 y se extendió hasta septiembre de 2021, cuando el gobierno nacional cedió el control del mantenimiento de la vía troncal a la Administración General de Puertos (AGP). Y si bien algunos sectores se ilusionaron con que el Estado tome las riendas de esa gestión, nunca fue el objetivo del gobierno de Alberto Fernández, que lo pensó como una transición hacia una nueva licitación privada. De ese proceso quedaron en funcionamiento dos organismos: el Ente Nacional de Control y Gestión de la Vía Navegable (Ecovina), un organismo con representación federal, a cargo del seguimiento y fiscalización de los servicios que se prestan sobre la traza; y el Consejo Federal de la Hidrovia (CFH) donde funcionarios y gobernadores buscaban definir los lineamientos estratégicos en la materia.
En ese marco, la decisión de avanzar con una licitación privada va en sintonía con la línea discursiva del gobierno: obra pública cero y el Estado lo más chico que se pueda. Ahora el eje de la discusión pasa por saber quién se quedará con la licitación. Y ahí se presentan dos problemas: un mercado chico y cartelizado de empresas que se dedican al dragado, que además colisiona con la indescifrable estrategia geopolítica del propio gobierno.
En un principio se hablaba del interés de Milei por hacer participar a firmas estadounidenses en la futura licitación. Sin embargo, esas empresas corren de atrás con las cuatro compañías europeas que concentran el mercado: Jan de Nul y Deme, de Bélgica; y Boskalis y Van Oord, de los Países Bajos. El denominado “big four” compite a nivel mundial con la empresa estatal china CCCC-CHEC-CDC que ofrece mejores precios. Pero siguiendo el derrotero ideológico del gobierno y las relaciones tensas con China, parece difícil que esa empresa pueda quedarse con el contrato.
Ante ese escenario, Jan de Nul y Boskalis parecen ganarle terreno al resto. La primera porque ejerció las tareas durante casi 30 años y allanaría el camino en varios aspectos. En tanto, Boskalis, vinculada con la familia de la reina Máxima Zorreguieta, ya se había interesado por el negocio en 2021, con el vencimiento del contrato vigente. La buena relación entre la familia real con el expresidente Mauricio Macri hacía especular con que la firma podría contar con un plus. Sin embargo, tampoco el vínculo entre el fundador del PRO y el presidente libertario atraviesa el mejor momento.
¿Y Santa Fe?
Desde el gobierno provincial aseguran que la hidrovía forma parte de la agenda estratégica de Santa Fe en materia productiva y no quieren que la discusión los pase de largo. Por eso mantuvieron reuniones con funcionarios nacionales para manifestar su interés, pero también con un pedido: formar parte del armado del pliego. La intención del gobierno provincial es potenciar los puertos que están en la costa santafesina, que entienden podrían tener un rol más preponderante en la rueda económica de la provincia.
“Nos interesa el desarrollo de nuestros puertos a través de esta nueva licitación. Nosotros estamos pidiendo que se puedan contemplar distintos puntos dentro del pliego que les permitan a los puertos que van desde Timbúes hacia el norte, y sobre todo el puerto de Santa Fe, ser contemplados. También pensar el rol que puede jugar el puerto de Reconquista en el norte, o el viejo puerto en Villa Ocampo”, describió el ministro de Producción santafesino, Gustavo Puccini. “Son licitaciones que te pueden condicionar los próximos treinta o cuarenta años en materia productiva”, añadió.
El funcionario estuvo esta semana en la Ciudad de Buenos Aires reunido con el subsecretario de Vías Navegables, Iñaki Miguel Arreseygor, recientemente oficializado en el cargo: “Le llevamos el interés de todos los actores que están relacionados con la hidrovía. Acá hay estudios hechos por consultoras privadas, hay estudios hechos por las propias universidades nacionales, tanto del Litoral como de Rosario; las Bolsas de Comercio también tienen un rol muy importante. Y creemos que Nación no va a poder no considerar a la provincia de Santa Fe como una actora relevante en el futuro de la hidrovía”.
Así y todo es difícil saber cuánto de la predisposición del gobierno santafesino encuentra receptividad en el gobierno nacional. Es que los mecanismos de participación federal, como pueden ser Ecovina y el Consejo Federal de la Hidrovía, si bien en los papeles no fueron derogados, quedaron sin funcionamiento desde la asunción de Milei. Y en estos seis meses de gobierno, los dirigentes libertarios tampoco se han mostrado demasiado predispuestos a consensuar los lineamientos de su gestión con las provincias. Más bien todo lo contrario.
No obstante, desde el gobierno provincial no miran con malos ojos retomar el modelo concesionario de los noventa. “No cabe duda que el gobierno va a ir hacia una licitación privada y nosotros a eso no nos oponemos. Creemos que hay que romper con este estancamiento, porque nos estamos perdiendo oportunidades para el desarrollo de nuestras economías regionales”, sostuvo Puccini, aunque consideró favorable que haya una participación estatal ejerciendo las tareas de control. “Siempre consideramos que tiene que haber una buena articulación pública y privada. Que las licitaciones, aun llevadas adelante por privados, tengan participación del Estado en el control y monitoreo de lo que es el cumplimiento en lo que corresponde a cada una de las partes”, añadió.
Para el funcionario, la provincia podría beneficiarse con la licitación si logra fortalecer sus puertos, conformando un entramado de terminales donde cada una pueda jugar un rol clave dentro de la economía santafesina. “Hoy Santa Fe es la segunda provincia exportadora del país, pero el estado en el que se encuentran los accesos a los puertos no es el mejor. Y a eso sumemos que en la licitación se va a buscar aumentar la profundidad para que puedan venir más buques y esto les permita exportar más. Por eso tenemos que cambiar toda la infraestructura que hoy ya no soporta a la situación actual”, explicó y agregó: “Hay mucho para pensar hacia futuro con la hidrovía. Creo que nos ayudaría a producir más, a tener mejores rentabilidades porque estaríamos bajando costos en nuestras producciones”.
Fuente: https://sumapolitica.com.ar/
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