En medio del viaje de Sergio Massa, China refuerza la presión para quedarse con la concesión de la Hidrovía
l dragado y balizamiento está bajo control del Estado desde 2021, aunque subcontrata a una empresa belga. Beijing quiere que el Gobierno vuelva a abrir este año la licitación. La resistencia de Estados Unidos.
La carta dejó en evidencia el lobby de la empresa china y su cercanía con la Argentina para quedarse con la concesión de la hidrovía Paraguay – Paraná. (Foto: Télam)
Por la Hidrovía sale el 80% de las exportaciones argentinas y se transformó en un punto de conflicto entre Estados Unidos y China. (Foto: Télam)
La Vía Navegable Troncal, la parte de la Hidrovía Paraná-Paraguay que pertenece a la Argentina, se encamina a ser uno de los focos de mayor conflicto en la ya conocida y declarada estrategia de Estados Unidos por frenar el avance de China sobre América Latina, y más precisamente, sobre la Argentina.
Sucede que en los últimos meses ambas potencias se empezaron a mover con mayor celeridad para tratar de imponer sus intereses ante una eventual nueva licitación para quedarse con el control del dragado y balizamiento de esta estratégica vía navegable por donde sale casi el 80% de las exportaciones argentinas.
Esa tarea hoy depende del Estado, a través de la Administración General de Puertos (AGP). Pero como la Argentina no cuenta con maquinaría ni recursos propios, se subcontrata a la empresa belga Jan de Nul para que lo realice. Es la misma compañía que había tenido el control del dragado desde 1995 hasta que venció la concesión en 2021.
En aquel momento, el Gobierno aseguró que el control de la AGP sería temporal y llamó a licitación a los pocos meses. Pero el proceso quedó en pausa en marzo del año pasado cuando, tras descalificar a tres de las cuatro empresas que se habían presentado –entre ellas una de China-, la AGP anuló la compulsa y anunció que realizaría una nueva.
No está previsto que la Hidrovía forme parte del temario de las reuniones de Sergio Massa, pero se mantiene la presión política. (Foto: prensa Sergio Massa).
No está previsto que la Hidrovía forme parte del temario de las reuniones de Sergio Massa, pero se mantiene la presión política. (Foto: prensa Sergio Massa).
Ese nuevo proceso quedó en suspenso y sin fecha de realización. Al mismo tiempo, esa misma licitación se convirtió ahora en un nuevo escenario de combate entre Estados Unidos y China.
¿Qué busca China?
El gigante asiático presiona para que el Gobierno vuelva a abrir la licitación este año, aunque por lo bajo sabe que es prácticamente imposible. Alberto Fernández no cuenta ni de cerca con el apoyo interno para estampar esa firma y necesita el apoyo de Washington para las negociaciones con el FMI.
La carta que está jugando Beijing es la de presionar con este gran proyecto para, luego, habilitar otros secundarios o de menor envergadura. La Vía Navegable Troncal representa una conexión clave para que China pueda importar materia prima desde la Argentina. Sería una oportunidad para achicar el rojo de la balanza comercial para nuestro país.
China no sólo quiere tener el control político y económico de esta vía fluvial estratégica, sino que también busca contar con la certeza de que el dragado sea lo suficientemente amplio para que sus buques cargueros puedan circular.
No es casualidad que en las últimas horas haya aprobado la importación de maíz y sorgo desde la Argentina. Se acordaron nuevos protocolos tras “actualizar el listado de plagas”, precisó el Ministerio de Economía. Es posible leer esta movida como un mensaje de que China está dispuesta a aumentar las importaciones de ciertos productos, siempre y cuando estén dadas las condiciones, le aseguró a TN un funcionario que sigue el día a día de la relación bilateral.
La resistencia de Europa y Estados Unidos
Ante esta situación, Estados Unidos aumentó su apoyo a la empresa belga Jan de Nul y, a través de su embajador en la Argentina, Marc Stanley, se empezó a mover para que la licitación se realice bajo los mismos estándares que tuvo el año pasado, cuando la compañía quedó como la única en carrera.
En un gesto político, el embajador de Estados Unidos, Marc Stanley, visitó el trabajo que actualmente hace la empresa belga junto con el embajador de aquel país Karl Dahene. (Foto: Embajada de EEUU)
En un gesto político, el embajador de Estados Unidos, Marc Stanley, visitó el trabajo que actualmente hace la empresa belga junto con el embajador de aquel país Karl Dahene. (Foto: Embajada de EEUU)
En aquella licitación la única empresa que había quedado en carrera fue, justamente, Jan de Nul. La Administración General de Puertos (AGP) aseguró que suspendió el concurso porque al quedar sólo una oferta en pie se veía “acotado el grado de participación real y efectivo pretendido por el Estado”.
Afuera del proceso habían quedado la holandesa Boskalis, la argentina Servimagnus S.A. -del empresario Ricardo Román- y la china CCCC Shanghai Dredging CO. Tiempo después se hizo pública una carta que la empresa asiática le había enviado al embajador argentino en Beijing, Sabino Vaca Narvaja, quejándose por la decisión del Gobierno.
En esa misma misiva, Wang Zhimin, gerente general de la china CCCC Shanghai Dredging CO, resaltaba que la Hidrovía está “altamente alineada con los principios de cooperación del programa la Ruta y la Franja -la nueva Ruta de la Seda- que promueve el gobierno chino” y que “revestirá grandes significados para la cooperación” entre ambos países.
En suma, la Hidrovía volvió a ponerse en el centro de la escena y se convirtió en uno de los principales puntos de tensión entre China y las grandes potencias Occidentales, que aumentaron su estrategia para tratar de contrarrestar la influencia del gigante asiático en América Latina.
Fuente: TN
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