Obra pública: reactivan tareas en rutas y arranca un momento clave para Portezuelo
La licitación de la represa mendocina, con complicaciones ante el excesivo costo de pliego y los gastos extra. Se espera que en estos días un grupo de grandes jugadoras del sector definan si se presentarán bajo una UTE
Con la flexibilización de la cuarentena se retomaron las obras en rutas nacionales que estaban paralizadas y las empresas constructoras aseguran que regresaron al nivel previo al aislamiento, aunque continúa sin saldarse la deuda acumulada por la gestión anterior. Sin embargo, todas las miradas del sector están puestas en la licitación de la represa mendocina de Portezuelo del Viento, que ya está entrando en su recta final ante la inminencia de la apertura de ofertas, pautada para el próximo 2 de junio.
Por ejemplo, las rutas nacionales 7, 34 y 8 -esta última volvió bajo control estatal- ya comenzaron nuevamente con sus tareas. Pero los empresarios siguen preocupados por una cadena de pagos que está rota, ante la falta de financiamiento bancario.
Tal como publicó BAE Negocios, desde la Cámara de la Construcción plantearon que la flexibilización de la cuarentena en el interior permitió volver a los niveles previos al aislamiento, aunque todavía no fue saldada la deuda que reclaman, heredada del gobierno de Mauricio Macri.
«Estamos liberando pagos todos los días», apuntaron desde Vialidad, donde el sector administrativo trabaja de forma remota. Sin embargo, esto difiere en cada provincia y hay casos en donde «no pueden facturar porque el comitente no les contesta, pues no están en la oficina», señalaron desde una empresa dedicada a la obra pública.
Mientras tanto, sigue en curso la licitación del mayor proyecto de infraestructura actual del país: la represa mendocina de Portezuelo del Viento, cuya presentación de ofertas vence el 2 de junio y es financiado en cuotas por el Gobierno, por un total de USD1.000 millones.
Sin embargo, el proceso no está exento de dificultades que agudizaron las propias internas del mundo de la construcción. En primer lugar, el excesivo costo del pliego, que continúa siendo «inaudito», a pesar de que se rebajó de USD300.000 a USD100.000. Por otro lado, a las empresas que se presenten se les obliga a incorporar un proyecto alternativo, cuyo diseño origina unos gastos extra por un USD1,5 millón Además, la excesiva ponderación que se le dará a empresas mendocinas inclina la balanza en favor de Impsa, única desarrolladora de turbinas, Cartellone o Green, aunque estas dos últimas enfrentan dificultades financieras.
Por otro lado, también aparecen Ceosa y Obras Andinas, aunque tienen pocos antecedentes en la materia y la licitación es específica en la necesidad de haber llevado adelante como mínimo tres represas en los últimos quince años, lo que dejaba afuera a varias constructoras medianas.
En ese contexto, hace unos días hubo una nueva visita de representantes de compañías interesadas a la zona donde se construirá la represa y se espera que esta misma semana un grupo de grandes jugadoras del sector definan si se presentarán bajo una UTE, entre los que están el empresario José Luis Manzano, Panedile, Impsa y la china Gezhouba.
Los otros nombres en danza son la también asiática Powerchina, que se encuentra en búsqueda de socio (no puede ir en la misma que su par); Techint, que en principio no estaría interesada, y Helport, que junto con Roggio son de las que se cuentan con los dedos de una mano como para participar de un proyecto de esta magnitud.
Fuente: baenegocios
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