Hacen edificios con escombros recuperados de la obra
A partir de una mezcla de cascotes de ladrillo, cemento y cal construyen los muros de una casa de dos plantas sin columnas. También edificios con estructura independiente.
Las instalaciones se fijan, previamente al llenado, sobre una malla de acero.
El sistema Multicca aprovecha los escombros que se generan en una demolición para construir las paredes. En un día, permite crear muros listos para revestir tanto en casas como en edificios, con hasta un 40 % de ahorro en los costos de la obra gruesa.
“Utilizamos los escombros de obras en los centros urbanos para crear un sistema de construcción de muros sustentables ya que revaloriza y recicla materiales que se suelen descartar o que generan acopios y acarreos innecesarios”, resume el arquitecto Eduardo Montani. La empresa ofrece el servicio de construcción del muro y también la opción de alquilar los equipos más la capacitación del personal en obra.
Según explica Montani, el sistema de muros “es abierto y admite cualquier variante proyectual, desde grandes edificios y viviendas sociales, a viviendas unifamiliares y proyectos de crecimiento evolutivo”. Los componentes son perfectamente compatibles con los muros de mampostería de ladrillos tradicionales. Pero con una gran ventaja sobre ellos: la ejecución del muro se resuelve en una sola etapa, sin necesidad de realizar canaletas para pasar cañerías ni amurados posteriores.
Los muros sólidos Multicca están constituidos por un mortero de cascotes de ladrillos, cemento y cal, que se cuela en obra dentro de encofrados de características especiales: “Son la clave del sistema porque deben sostener un empuje muy grande al momento de la colada, el espesor de este muro macizo es similar a los tradicionales”, destaca Montani. y amplía: “Por una cuestión cultural más que técnica, preferimos trabajar con paredes de 20/30 cm. Si bien su capacidad portante es cinco veces mayor que una pared común”. Los moldes no tienen separadores y no queda ninguna pieza dentro de los muros. La capacitación que ofrece la empresa apunta particularmente al correcto armado de los encofrados.
Las instalaciones se fijan, previamente al llenado, sobre una malla de acero. Al igual que los premarcos de las aberturas y demás elementos que deban quedar amurados. La estructura de hormigón armado, de ser necesaria, queda incorporada en el espesor del muro. Transcurridas 12 horas luego del colado, ya se puede proceder con el desencofrado. En esta instancia, el muro presenta un acabado que admite todo tipo de terminaciones o revestimientos, manteniendo la apariencia usual de una pared revocada en cuanto a textura, color y espesores.
El sistema posee el CAT (Certificado de Aptitud Técnica) y los muros fueron sometidos a pruebas de laboratorio del INTI para determinar su capacidad portante, resistencia al impacto y conductancia térmica (K: 0,83 para un muro de 20 cm). Con el agregado de una placa de poliestireno expandido de 20mm, el sistema cumple con la ley de confort térmico para la Provincia de Buenos Aires.
Respecto a los costos, Montani explica que siempre es más ventajoso cuanto mayor cantidad de muros disponga la obra por el prorrateo del molde y flete. “Hemos logrado hasta un 40% de reducción en el costo de la obra gruesa cuando se trata de viviendas repetitivas, dependiendo de la distancia y de la disponibilidad de escombros”, destaca.
La empresa está a punto de iniciar un edificio de ocho pisos en Quilmes donde se guardó el material de demolición para ser utilizado. En este tipo de obra, el muro colabora con la estructura de hormigón, algo que se tuvo en cuenta a los efectos de cálculo.
Para estructura y muros se utiliza el mismo encofrado. Planta a planta ya quedan resueltas las columnas en el mismo espesor del muro en un mismo plano y en un solo paso. Para que la armadura de las columnas no sufra con la cal del mortero que integra la mezcla del muro se coloca un metal desplegado como separador. Primero, se vierte el hormigón de la columna y a continuación la mezcla para el muro. Cuando se llega a la altura de la viga, se coloca la armadura y se vierte el hormigón tradicional. De ese modo, cerramientos y estructura se resuelven en el día.
Antes de hormigonar es necesario prever la ubicación de aberturas. Para lo cual se coloca un el bastidor de madera para conformar el vano. Se puede trabajar con premarco, que debe tener el mismo espesor del muro.
Las obras más simples, como una vivienda, el procedimiento se simplifica porque el sistema no requiere de estructura independiente para construcciones hasta dos plantas.
Otra de las ventajas del sistema es que el muro tiene capilaridad invertida: “Jamás en más de 1.500 viviendas apareció una mancha de humedad en una pared. No es necesario el hidrófugo”, acota Montani. Y explica que solo es necesario “cortar hidrófugamente la cara inferior”.
En síntesis, si se considera que la construcción cuenta con escombro recuperado en el lugar y a eso se suma que el sistema posibilita un ahorro en la mano de obra (no se realiza el canaleteado y cierre para la cañería electricidad y agua), se evita la aislación hidrófuga y el revoque grueso en ninguna de las dos caras del muro, se consigue una economía de un 40% respecto a una obra gruesa hecha en ladrillo.
Fuente: Clarín
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