La herencia: 1406 obras públicas en ejecución $ 206.970 Millones

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Mauricio Macri dejará una herencia abultada en obra pública.
Alberto Fernández llegará a la Casa Rosada con 1406 obras en ejecución valuadas en 206.970 millones de pesos que afectarán, de manera directa o indirecta, a al menos 16 millones de personas en casi todo el país.

Pese a los fuertes recortes del presupuesto en los gastos de capital por los coletazos de la crisis económica, el macrismo le deja al próximo gobierno la tijera para inaugurar obras que van desde mejoramientos de la infraestructura urbana hasta la construcción de viviendas y obras hídricas para evitar inundaciones.

Según un documento del Ministerio del Interior, que conduce Rogelio Frigerio, Fernández tendrá a cargo el avance y la finalización de obras en 22 provincias (salvo La Rioja y Misiones). Los proyectos de mayor envergadura impulsados por la cartera estarán entre la Ciudad de Buenos Aires y la provincia.

El grueso de la inversión, de $103.537 millones de pesos, será para obras de agua y saneamiento, pavimento, infraestructura de servicios y de espacios públicos. La más importante es la del sistema Riachuelo, que en el Gobierno afirman que es «la obra más importante de cloacas de los últimos 70 años». Los trabajos incorporarán a la red de cloacas a 1,5 millones de personas y mejorará el servicio de 4,5 millones entre la capital y la provincia.

Le siguen en el ranking de inversión obras de viviendas sociales, del plan Procrear o mejoramientos en lo que ya fue construido. Habrá 650 obras en ejecución por $35.934 millones en la mayoría de las provincias. Los trabajos se distribuyen entre la construcción de 24.551 viviendas sociales, 3533 de Procrear, 175 obras de infraestructura y otras 4305 destinadas a mejoramientos.

En tanto, habrá 56 obras hídricas en ejecución por $31.645 millones. Entre las más abarcativas estará la obra del Arroyo del Rey y del Arroyo Maldonado, que reducirán el riesgo de inundaciones para medio millón de vecinos de Lomas de Zamora y Ramos Mejía.

Las obras de la cuenca del Río Salado, además, están en una etapa avanzada. La obra prevé la recuperación de 1,3 millones de héctareas para la producción en Buenos Aires.

También quedará en proceso la obra del Sistema Agua Sur, que prevé beneficiar con agua potable y cloacas a 2,5 millones de personas en municipios como La Matanza, Quilmes, Almirante Brown, Esteban Echeverría y Ezeiza.

En el interior, la mayor obra hídrica estará en San Juan, donde se duplicará el abastecimiento de agua de los acueductos San Juan y Tulum, que alcanzan a un millón de vecinos.

Las obras más pequeñas, catalogadas en el documento como «infraestructura urbana», alcanzan los $25.567 millones. Son obras de iluminación, calles y veredas que se encuentran en ejecución en 312 áreas de todo el país.

A ese ítem se suman los $440 millones destinados a mejoras en los espacios públicos de centros urbanos.

El Gobierno invirtió también $9847 millones en obras dedicadas a los edificios públicos. Cuando Fernández llegue a la Casa Rosada habrá en proceso 63 obras repartidas entre la construcción de nuevos edificios destinados a la salud, la educación y la cultura, y la renovación o el mejoramiento de otros edificios ya en funciones.

Proyectos que «nunca se hicieron»

Además, el informe que le dejará el Gobierno a Fernández remarca que el Estado financió 65 obras «que nunca se hicieron» en el interior del país y que deberían estar en ejecución, como un polo hospitalario en Formosa que impactará en 800.000 vecinos o la construcción de dos puentes de la ruta nacional 23 en Neuquén. Están valuadas en $6532 millones.

En ese contexto, aún se desconoce quién se hará cargo de la obra pública durante la gestión de Alberto Fernández. Por lo pronto, el presidente electo dio señales de que piensa mantener repartida la gestión del área en distintos ministerios, como el de Obra Pública e Infraestructura, el de Vivienda y el de Transporte.

Sin embargo, Fernández no manifestó su voluntad de revertir el descenso fuerte y sostenido en el presupuesto destinado a la obra pública, que fue un pilar del gobierno de Macri. En su lugar, aspira a reorientar el modelo económico hacia el consumo para reactivar la economía.

Fuente: La Nación