Nación posterga la licitación del gasoducto a Vaca Muerta
Lo anticipó el secretario de Energía de la Nación, Gustavo Lopetegui, tras el pedido de una de las empresas interesadas. La disparada del riesgo país dificulta el financiamiento del plan pero también el escenario político genera dudas en el sector.
El resultado de las elecciones primarias sigue dejando heridos, y esta vez fue la emblemática licitación para la construcción de un gasoducto que vincule Vaca Muerta con Saliquelló y San Nicolás la que quedó en medio de la tormenta y a punto de naufragar.
La obra clave para que se pueda incrementar la producción de Vaca Muerta está a punto de ser postergada según anticipó a “Energía On” el secretario de Energía de la Nación, Gustavo Lopetegui.
“Vamos a dar una prórroga para que las empresas tengan más tiempo de presentarse y no haya una sola oferta”, indicó Lopetegui tras advertir que los detalles finos de la misma aún están siendo definidos.
“Lo que ha pasado es que han habido empresas que han comprado el pliego y han pedido una prórroga. Así que estamos analizando y probablemente demos una prórroga para que tengan tiempo ellos de presentarse también”, detalló Lopetegui y agregó que “hay una empresa china que dice que también está interesada, que todavía no pidió la prórroga, pero la prórroga la vamos a otorgar igual por el pedido que ya tenemos”.
Vamos a dar una prórroga para que las empresas tengan más tiempo de presentarse y no haya una sola oferta”.
Gustavo Lopetegui, secretario de Energía de la Nación
Hasta el momento cuatro firmas compraron los pliegos para la licitación que según el cronograma oficial debía cerrar el plazo de recepción de a mediados de septiembre.
Entre las firmas que se sabe que adquieron pliegos se encuentran Transportadora Gas del Sur (TGS), cuyo accionista principal es Pampa Energía; Transportadora Gas del Norte (TGN) con CGC y Tecpetrol como accionistas centrales; Pan American Energy (PAE), la petrolera de la familia Bulgheroni; y una compañía asiática.
Si bien Lopetegui no precisó hasta cuando se postergará la licitación, al ser consultado sobre si sería para después de las elecciones nacionales del próximo 27 de octubre indicó que “puede ser, creo que la prórroga va a ser más larga que un par de semanas”.
Desde las firmas interesadas en el proceso se detalló que ya fueron informadas extraoficialmente de la postergación y, aunque indicaron que siguen trabajando para presentar la documentación requerida, también daban por seguro que el proceso se frustraría.
En números
40 millones de metros cúbicos es la capacidad que se busca que tenga el nuevo sistema de transporte de gas.
60% de la demanda del país se ubica en la zona de Buenos Aires y Santa Fe.
Es que el resultado electoral de las PASO y la siguiente corrida cambiaria dejaron prácticamente en el terreno de las utopías la posibilidad de conseguir el financiamiento necesario para solventar la obra que está valuada en unos 2.000 millones de dólares.
“Con el riesgo país a 2.000 puntos es imposible conseguir financiamiento”, indicaron desde una de las firmas, mientras que desde otra agregaron que el panorama es aún más complejo: “por el escenario político, es posible que no se puedan mantener las tarifas en dólares que son necesarias para esta obra y si no se las mantiene, nadie va a enterrar 2.000 millones de dólares para no poder recuperarlos”.
La advertencia hace referencia a las condiciones excepcionales que incluye la licitación que crea a la vez la tercera licencia de transporte de gas del país, denominada Transportadora Gas del Centro.
El sistema es clave no sólo para incrementar la demanda dentro del país sino también para el desarrollo de un sistema de GNL.
Es que en el DNU 465/19 que marcó el llamado a licitación se incorporó un Régimen Especial Transitorio que se extiende por los primeros 17 años de funcionamiento del gasoducto. En ese plazo la nueva transportadora podrá pactar libremente los precios de su servicio en dólares, con la limitante de no poder trasladar esos costos a la tarifa de los usuarios residenciales.
Este régimen especial es el que varias de las firmas interesadas en la construcción temen que no pueda concretarse y que sea una traba para el recupero de los fondos invertidos que en la primera etapa de la línea a Saliquelló, están estimados en 800 millones de dólares.
El esquema de financiamiento diseñado antes de la devaluación contemplaba un aporte del Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la Anses por 400 millones de dólares y un crédito de hasta 200 millones de dólares de la agencia norteamericana OPIC, quedando al menos 200 millones de dólares a financiar por la firma o firmas constructoras.
En detalle
1988 fue el año en el que se inauguró el último gasoducto troncal del país. Es decir, hace 31 años.
800 millones de dólares es el costo estimado del primer tramo de la línea que contempla una extensión de 570 kilómetros.
Sin embargo los fondos norteamericanos podrían dejar de estar disponibles con el nuevo escenario económico y político del país y ya son varios los interesados en el plan que miran hacia YPF como una posible herramienta para su concreción.
Mientras tanto las firmas consultadas advierten que se espera que a partir de fin de año la producción de gas del país comience a caer por la falta de nuevos pozos y también por el freno en el petróleo que podía aportar gas asociado.
El congelamiento de la tarifa de gas domiciliario recalentó los ánimos en las empresas
La decisión del gobierno nacional de congelar hasta enero del año entrante la tarifa del gas domiciliario generó malestar no sólo en las empresas productoras sino también en las distribuidoras y transportistas.
Desde las firmas se indicó que si bien la decisión era casi una ficha cantada a la luz de las medidas adoptadas luego de la disparada del dólar, la misma afecta a un sector al que Nación ya le adeuda varios pagos. Desde el Estado se había reconocido que por las medidas aplicadas entre abril y septiembre serían 4.500 millones de pesos los que Nación debía abonar a las firmas.
“En la práctica van a ser al menos seis meses de atraso porque no nos pagaron lo que va del año y mientras tanto a nosotros los costos se nos incrementaron un 50%”, explicó el referente de una de las firmas del sector.
Para algunas empresas el congelamiento agudizará aún más la tendencia que ya se anticipa de una caída en la producción a partir de los próximos meses, en tanto que para otros actores el escenario es aún más complejo con los precios para el gas en boca de pozo que se estima que podrán alcanzarse en los próximos meses.
De momento el precio promedio del gas está en unos 4,50 dólares por millón de BTU, pero desde las productoras dan cuenta que en el inicio del período templado el precio descenderá más allá de los 2,50 dólares, poniendo en riesgo la rentabilidad de muchos desarrollos.
Al igual que sucede con el congelamiento del barril, la preocupación en las firmas va más allá del plazo del congelamiento, dado que dudan que en enero pueda definirse una actualización que contemple todo ese desfase.
Fuente: Diario Rio Negro
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