Obras de cloacas y agua potable en el Butaló: Paradas $58 Millones
El presidente de la comisión vecinal del barrio Butaló, Walter Bernal, sostuvo que los vecinos son “rehenes del Poder Ejecutivo Municipal”. Es la tercera etapa de recambio de cañerías de cloacas y agua potable.
Bernal dice que es por falta de planificación las obras previstas en la emergencia sanitaria en esa zona de la ciudad están virtualmente paradas nuevamente. «El Butaló está colapsado”, resumió.
La tercera etapa es la obra de recambio de cañerías cloacales y de agua potable de los barrios Butaló, I,II,III. La primera etapa correspondió a obras de recambio de cañerías de agua y cloaca sobre calle Macachín entre Unanue y Circunvalación.
La segunda tuvo que ver con la repavimentación de la calle Macachín a cargo de la Empresa VIAL A S.A. y en este caso, la tercera etapa corresponde a la obra: “Recambio de Cañerías Cloacales y de Agua Potable, Conexiones Domiciliarias, Readecuación de Bocas de Registro y Cámaras de Inspección”, para los barrios Butaló I, II, III, Vial y Jardín, a cargo de la empresa EDIL.AR SRL.
Dicha obra tiene un presupuesto oficial de $ 58.490.646, 85, y un plazo total para la entrega de la misma de 240 días corridos a partir del primer replanteo.
El vecinalista indicó que de las cuatro etapas previstas en la obra se concluyó la primera, pero la segunda y la tercera comenzaron y están virtualmente paradas, mientras que la cuarta está lejos de iniciarse. También denunció que la comisión de seguimiento que se conformó en el Concejo Deliberante permanece inactiva y dejó de controlar el avance de los trabajos.
“Seguimos siendo rehenes del Poder Ejecutivo Municipal”, señaló Bernal. Según detalló, de la segunda etapa, la empresa constructora hizo los cordones, pero no puede avanzar en el asfaltado porque faltan hacer las acometidas domiciliarias de los caños cloacales y los caños de agua, que son parte de la tercera. “No pueden hacer el asfalto porque tienen que hacer eso primero. Si no, lo tienen que volver a romper”, explicó. “Hace más de dos meses que tenemos la calle intransitable, cuando llueve no pasan los colectivos y los comerciantes tienen pérdidas económicas”, se quejó.
Bernal consideró que “acá falta planificación” porque “llevamos más de dos meses con la calle Macachín sin asfaltar, estando el dinero y la empresa adjudicada”. “La empresa que se adjudicó la tercera etapa nos dijo que nos teníamos que juntar para explicarnos la obra y todavía no nos llamaron. Los vecinos no vimos ningún pliego de cómo son las obras, ni con Larrañaga ni con Altolaguirre. No manejamos dinero como vecinos. Lo único que hacemos es gestionar las obras”, aclaró.
Y contó que “cuando empezaron a abrir el asfalto de Perón a Las Jarillas, les preguntamos si no iban a deprimir napas en la tercera etapa porque están a 90 centímetros. Quisieron cambiar el caño y no pudieron hacerlo porque se les inundaba, y tuvieron que volver a tapar. Tampoco estaba planificada la depresión de las napas. Eso demora el avance con ritmo de la obra porque ahora hay que agregarle al presupuesto anterior la depresión de la napa”, ejemplificó.
El panorama que describió el vecino es desolador. “Tenemos un Butaló colapsado. Los vecinos ya dicen que hubieran dejado todo lleno de mierda y estarían mejor. Está colapsado por todos lados el barrio. No entendemos cómo las empresas tienen tanto poder sobre la Municipalidad. ¿Qué espera la comisión especial, si sigue funcionando, para tomar cartas en el asunto y preguntar a quien corresponda qué pasa con las obras del Butaló?”, se preguntó en declaraciones a Radiokermés.
“Nos dicen que están en tiempo y forma las empresas. Pero se olvidan que en el barrio hay vecinos que padecen la mala praxis que están haciendo”, comparó. “Acá nos encontramos con dos obras autorizadas por la Provincia y un dinero que va a llegar, pero están sin ejecutar. No todo es cuestión de plata, sino de gestión y capacidad para resolver los problemas. ¿Quién le pone el cascabel al gato?”, prosiguió.
Finalmente, señaló que, con el intendente electo, Luciano Di Nápoli, los vecinos se reunieron antes de las elecciones, pero después no volvieron a llamarlos. “Si quiere tener una buena gestión, tiene que tener equipo. Pero además tiene que aprovechar a los tontos que trabajamos en forma gratuita en el barrio y sabemos lo que está pasando”, recomendó.
“No sé si tenemos paciencia o estamos entregados. Pero desde la gestión de Francisco Torroba estamos con esto. La burocracia es terrible. Pido disculpas a los vecinos por no haber podido cumplir. Me siento muy indignado y caliente. Hemos gastado los pasillos de Provincia y del municipio. En 2017 se firmó el convenio con la APA para hacer la obra y todavía no tenemos nada. Los concejales y la comisión tendrían que llamar y apurar las obras”, cerró.
Fuente: El diario de La Pampa
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