Limpieza de Central Atucha 2009-2016 U$S30 Millones contratación directa
Por limpiar Atucha, una firma de Muñoz ganó US$30 millones.
Trans Ecológica, una pyme con sede en Río Gallegos, consiguió por contratación directa contratos entre 2009 y 2016 para actuar en la central nuclear Trans Ecológica, una pyme con sede en Río Gallegos, consiguió por contratación directa contratos entre 2009 y 2016 para actuar en la central nuclear
Una pyme, próspera, con domicilio y sede en Río Gallegos, era la encargada de limpiar la central nuclear Atucha ubicada en Lima, provincia de Buenos Aires, a unos pocos kilómetros de Zárate. Por ese servicio, al que accedió por contratación directa, la empresa facturó 30,3 millones de dólares desde 2009 hasta 2016, su último contrato.
Fue Víctor Manzanares, el contador de la familia Kirchner, arrepentido pero detenido en la causa de los cuadernos de las coimas , el que apuntó en su declaración el nombre de Trans Ecológica, una empresa de servicios de limpieza que alguna vez compró Daniel Muñoz, el exsecretario de Néstor Kirchner .
LA NACION pudo establecer que la empresa fue contratada en forma directa por Nucleoléctrica Argentina, operadora de todas las centrales atómicas, durante varios años. El primer contrato lo firmó el 17 de junio de 2009 y el último pago, por 87.030 dólares, se realizó el 1° de septiembre de 2016, ya con la gestión de los funcionarios de Mauricio Macri.
«Entre 2007 y 2008, Amilcar Acosta [dueño de la compañía] se acercó a mi estudio», dijo Manzanares. Solicitó una entrevista para plantear si podía analizar su empresa porque se sentía que estaba afrontando una situación financiera crítica. Le pido la documentación y veo que tenía una situación financiera compleja, la empresa estaba en una situación de inviabilidad».
Luego, contó el profesional, vino la negociación. Siempre según sus palabras, Acosta estaba dispuesto a vender el 50% en un millón de dólares. De esta manera le presentó la propuesta a Muñoz que tenía como eje el tratamiento de residuos de la actividad minera.
«En el ínterin de cerrar el trato, Muñoz me pide que participe a Sebastián Ludman de la decisión por lo cual le pedí que viaje a Buenos Aires. Nos reunimos Amilcar, Sebastián y yo en el lobby del hotel Sheraton», agregó.
Ludman, un conocido de Muñoz en la zona de Neuquén, finalmente no entró en el negocio. En un restaurante la zona de la Recova de Posadas, el exsecretario de Kichner, su mujer, Carolina Pochetti, Ludman, el vendedor y Manzanares se juntaron a cenar. El contador contó que hubo una propuesta para darle un millón de dólares al dueño de Trans Ecológica y dejarlo sin nada, desapoderarlo de la empresa. Manzanares amenazó con irse del negocio si esa era la fórmula.
«Yo expresé que si avanzaban con este proceder yo me alejaba de los negocios. Muñoz y Pochetti demostraron su incondicionalidad conmigo y dijeron que todo se iba a realizar como yo dijera», recordó.
La venta se realizó. Manzanares, el contador arrepentido, le entregó personalmente a Acosta los fondos de Muñoz que tenía en custodia en el Banco de Santa Cruz. Dadivoso Muñoz con plata de la corrupción. «Si bien pidió 1 millón de dólares, le entregué a Acosta la suma de 1 millón de euros», dijo el profesional.
El ingreso a la empresa se hizo a través de un acta de socios. Se incorporó a Pochetti como gerente mediante un acta que se elaboró en la escribanía de Adriana López, en Río Gallegos. Con los papeles arreglados y el pago ya realizado, el millonario matrimonio ingresó a la empresa en 2008.
Desde ese momento, los negocios florecieron. El 17 de junio del año siguiente, Trans Ecológica, una empresa radicada a 2581 kilómetros de Zárate, lugar donde se ubica la central nuclear Atucha, firmó su primer contrato millonario. Da gusto ver cómo los jerarcas atómicos de Nucleoléctrica Argentina de entonces justificaron la contratación directa.
El procedimiento, si efectivamente no había empresas capaces de limpiar una central que aún no estaba en operaciones, era un llamado a licitación internacional. Pero Muñoz y Pochetti no andaban con vueltas y entonces NASA recomendó la contratación directa.
Historias fantásticas de las pujantes empresas de la Argentina kirchnerista, especialmente, de las de Santa Cruz. Con la firma de tres jefes, entre ellos Roberto Quaranta, Gerente de Proyecto de Planta, se firmó un documento en el que se justifica la contratación directa.
«Se propone la contratación directa de la firma Trans Ecológica SRL [entonces ni siquiera era una sociedad anónima] para el servicio de limpieza industrial», dice el documento al que accedió LA NACION.
La justificación fue que «no existen antecedentes en el país de empresas desarrolladas para cumplir este servicio en una instalación nuclear, por lo tanto, es necesario especializar y calificar un contratista local». El argumento, que se podría rebatir fácil si se piensa que en el país ya había dos centrales nucleares que seguramente serían limpiadas por alguna empresa, sirvió para justificar los millones.
Con las formalidades cumplidas, el negocio explotó. El primer medio año, la compañía le facturó, solo a NASA, 494.949 dólares. Pero con el esquema armado, los beneficios llegaron en 2010. Ese año, Muñoz y los suyos cobraron 9,3 millones de dólares y el siguiente, casi dos millones. En 2012 y en 2013, el flujo siguió con 6,5 y 5,4 millones de dólares respectivamente.
La empresa siguió y completó 30,3 millones de dólares de facturación para limpiar varios edificios de la central, de los cuales dos pagos se hicieron durante la gestión de Mauricio Macri como presidente por alrededor de 210.000 dólares. Luego, los directivos de la empresa, dejaron de contratarla.
Manzanares se perdió el mejor momento de la empresa. «Fui el contador de esa sociedad hasta que debido al crecimiento comercial que tuvo, por la inyección de dinero que le había dado Muñoz, aproximadamente unos 15 millones de dólares, Acosta consideró que la prestación de servicio como contador no estaba a la altura de la empresa ya que por ejemplo había empezado a ser prestadora de Atucha y una empresa líder en el tratamiento de residuos mineros en Neuquén y el sur. Fue tanta la inversión de dinero que insertó Muñoz que en un momento no se pudo justificar una inyección de 2 millones de dólares», recordó el contador arrepentido.
Varias empresas de la cuenca petrolera neuquina tienen como proveedora a Trans Ecológica. Y varias de los ejecutivos de estas compañías escucharon al oído lo mismo que en su momento le dijeron a los directivos de NASA: había que contratarla.
Fuente: La Nación
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