Construcción: se encienden luces de alerta.

Cómo impacta en el sector el recorte de presupuesto para la obra pública por el acuerdo con el FMI y la devaluación.

¿Cómo puede evolucionar la construcción luego de la devaluación y el acuerdo con el FMI? ¿Por qué es importante un monitoreo exhaustivo del desempeño del sector? ¿Cómo se desenvolverán los factores que permitieron su crecimiento durante 2017?

La construcción ha desempeñado un rol fundamental en el hasta aquí único año positivo de Macri en términos de crecimiento económico, 2017, dado que ha sido el sector que más empleo ha creado a pesar de haber otros sectores que mostraron mayor crecimiento en su producción total. Al mismo tiempo no es menor que, luego de las jubilaciones y pensiones, el empleo registrado haya sido la segunda fuente de ingreso con un rol determinante a la hora de sacar a parte de la población de la pobreza. Dada esta relevancia, analizar las perspectivas del sector luego de la corrida cambiaria de mayo resulta imprescindible para poder determinar cómo evolucionarán no sólo los niveles de empleo sino también los indicadores sociales.

 

Su importancia en el empleo

La economía argentina ha creado 42.605 puestos de trabajo registrados entre diciembre de 2017 y diciembre de 2015, luego de destruir 40 mil puestos en 2016 y generar algo más del doble al año siguiente. De un análisis sectorial de este proceso se desprende que con 26.776 empleos nuevos desde diciembre de 2015, la construcción es el sector que más trabajo ha creado en términos absolutos. Al mismo tiempo, es el sector que presenta la tasa anual de crecimiento en el empleo registrado más dinámica, con un 3,07%.

De esta manera, si tomamos el período 2015-2017 veremos que la construcción generó casi 1 de cada 4 puestos de trabajo que se crearon en la economía argentina. Para ser más precisos, 22,8% de los 117.006 empleos formales creados (en términos brutos) corresponden al sector. Por otro, la volatilidad del sector es también algo que merece ser remarcado. En 2016 ha sido una de las ramas de la economía que más empleo destruyó producto de la recesión y luego el que mejor desempeño mostró durante la recuperación, agregando un factor de preocupación adicional dado que luego de la devaluación de mayo la economía se encuentra a las puertas de una nueva recesión.

 

Obra pública

La obra pública representa alrededor de un 37% del valor agregado del sector y un 34% del empleo. No hay dudas que la misma, ejecutada por los diversos niveles del Estado, fue en gran parte lo que permitió la recuperación de la construcción en 2017. Esta había sido fuertemente castigada durante 2016, principalmente en el primer semestre del año dada su paralización en el orden nacional, y si bien durante el año pasado este nivel del Estado elevó fuertemente sus erogaciones de capital (inversión pública), luego de las elecciones de octubre la situación parecería haber cambió rotundamente.

En un primer momento, el origen de la caída en los gastos de capital se suponía que surgía de la necesidad de contener el déficit fiscal mientras que el gobierno sostenía que la obra pública no disminuía sino que sólo se aplazaban sus pagos para el año 2018. Sin embargo, ya con los números fiscales correspondientes al primer cuatrimestre de este año, el recorte en los gastos de capital parecería haber seguido su curso con una caída de 23,6% contra el año anterior en términos nominales, lo que en términos reales implica una caída de alrededor del 40%.

En el mismo sentido, el anuncio del Ministro Dujovne aún antes de que anuncie el acuerdo con el FMI, de recortar $30.000 millones en este rubro o, lo que es lo mismo, un bimestre completo de obra pública nacional, revelaría que la intención del gobierno nacional era efectivamente que el ajuste del gasto comience por esa partida. Luego del acuerdo con el FMI el recorte previsto parece ser aún mayor, llegando a un 81% del total en términos reales para 2020, por lo cual ya la idea no sería recortar un bimestre de obra pública sino cinco.

El gobierno espera reemplazar estos gastos con los acuerdos de Participación Público-Privada (PPP), lo cual permitiría no castigar tanto la producción total del sector. Sin embargo, de acuerdo a la envergadura y plazos de los proyectos ya licitados bajo esta modalidad no es posible prever que estos permitan neutralizar el impacto del recorte.

Al mismo tiempo, en materia de obra pública puede plantearse aún un interrogante más y es si las tres provincias de mayor peso económico y CABA, que en conjunto explican casi el 50% de la obra pública provincial o la mitad de la obra pública anual del Estado nacional, podrán mantener el impulso de 2017 cuando en conjunto invirtieron en términos reales un 65% más que en el año 2015. En este sentido es necesario preguntarse cómo reaccionarán estos distritos tanto al mayor ajuste a nivel nacional derivado del acuerdo con el FMI, donde se estipula un recorte de transferencias a provincias del orden del 74%, como también en cierta medida al encarecimiento de gran parte de sus insumos luego de la depreciación del peso. Un caso concreto, por ejemplo, es el de la provincia de Santa Fe que deberá hacer frente a una paritaria salarial con una cláusula gatillo que ya se ha disparado.

 

Obras privadas

A mediados de 2017 las tendencias de la obra pública nacional y el empleo en el sector empiezan a tomar senderos divergentes, lo cual puede ser interpretado como un indicador de que la actividad privada ha comenzado a actuar desde ese entonces como el motor principal del sector. En este ámbito, un factor de empuje importante fue sin dudas el crecimiento de los créditos hipotecarios UVA que fueron lanzados en 2016 y de la mano del crecimiento económico y recuperación de los salarios reales pudieron consolidarse en el mercado. En 2017 fueron entregados alrededor de 50 mil créditos hipotecarios y 2018 arrancó de manera más agresiva aún. A modo de ejemplo puede pensarse en el Banco Nación, que habiendo entregado 26 mil en 2017, ya había entregado a mayo de este año más de 24 mil créditos. Cómo responderá este segmento de créditos al shock devaluatorio es difícil de prever, ya que si bien es esperable que la cuota a pagar se eleve fuertemente en relación al salario en un contexto de aceleración inflacionaria también es verdad que la cuota inicial sigue siendo baja lo que funciona como un fuerte aliciente a ingresar en el sistema.

Una señal concreta de alerta sobre la futura evolución de la obra privada es la derivada de la encuesta que se le realiza mensualmente a los empresarios del sector y que el Indec publica conjuntamente con el Indicador Sintético de Actividad de la Construcción (Isac). En la encuesta realizada en el mes de abril, cuando la corrida comenzaba a gestarse pero todavía no había mostrado todo su impacto, los empresarios mostraron en relación al anterior relevamiento un fuerte deterioro en sus expectativas acerca de la evolución del sector para los siguientes dos meses.

Sin embargo, el principal punto a destacar es que las que han sufrido mayor traspié son las expectativas de los empresarios que se abocan principalmente a la realización de obras privadas. Entre estos, aquellos que esperan un deterioro de la actividad pasaron del 6,3% del total al 23,5%, mientras que dentro los empresarios ligados a la obra pública el mismo indicador varió del 11,3% al 24,1%.

Más allá de las expectativas, hay que resaltar que las primeras señales de alerta en el sector han comenzado a encenderse. Los despachos de cementos han mostrado su primera caída interanual en mayo luego de un año y medio de crecimiento ininterrumpido dado que su última caída databa de octubre de 2016. Luego de ese mes, la construcción comenzó a recuperarse de la última devaluación que tuvo lugar en nuestro país (2016), que combinada con recortes en la obra pública, llevo al sector a una caída de más del 12%.

Finalmente, si bien sabemos que es imposible hacer futurología acerca de la evolución del sector de aquí en adelante, es necesario remarcar que lo que sí puede asegurarse es que el futuro del mismo depende, a corto plazo, en gran parte de las medidas que tome el Estado Nacional al respecto. En ese sentido, el anuncio de una posible intervención de la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC) respecto del precio del cemento es saludable pero sólo con esto y una mayor apuesta por los PPP parece ser difícil que alcance.

Fuente: La Capital (Santa Fe)

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