La citación judicial generó inquietud en el mundo de la obra pública
«Veinticinco empresarios citados a indagatoria? No es buena publicidad para el sector». La frase fue la primera reacción de un constructor con amplio bagaje en la obra pública tras conocer que muchos de sus colegas deberán caminar por Comodoro Py.
Muchos empresarios admitieron ayer que «se esperaba» una megacitación a indagatoria en el capítulo del soterramiento del Sarmiento, algo así como el Lava Jato doméstico. Pero también lo vivieron como una novedad. «Es la primera vez que pasa algo así. No hay mucha gimnasia en esto. Es un momento incómodo, sobre todo porque hoy estamos en un buen momento para el sector», señaló LA NACION otro referente de la construcción.
Ni Ángelo Calcaterra (ex-Iecsa) ni los ejecutivos de la italiana Ghella o de la española de Comsa que fueron citados por el juez Marcelo De Giorgi son «outsiders» del club de elite de la obra pública, como sí lo era Lázaro Báez. Estos empresarios son viejos conocidos y en muchos casos exsocios en uniones transitorias de empresas.
«Podría haber sido cualquiera de nosotros. En ese momento la única manera de entrar en una obra grande era asociarse con una firma con financiamiento como era Odebrecht», señaló el vocero de uno de los gigantes de la construcción argentina.
Los implicados en la causa judicial, en tanto, esperaban la citación de un momento a otro. Así lo transmitieron desde el entorno de Calcaterra, primo del presidente Mauricio Macri, al tiempo que insistieron en que Iecsa «no tuvo vinculación con ningún tipo de soborno».
Calcaterra está siendo asesorado por el abogado Ricardo Rosental, que supo defender a Macri en la causa de las escuchas ilegales y en Panamá Papers. «En el período que se investiga, la que tuvo el bastón de mando en el consorcio y el diálogo con los funcionarios kirchneristas fue Odebrecht», señalaron cerca del empresario.
Corrido de la obra pública en marzo del año pasado (cuando vendió la constructora a Marcelo Mindlin), Calcaterra se concentra ahora en sus campos y en la nueva fábrica de procesamiento de papas congeladas que comparte con su hermano, Fabio.
Para Ghella, la citación a indagatoria de algunos de sus actuales y exrepresentantes legales tiene una dificultad extra. Los italianos son los que hoy quedaron a cargo de la obra del soterramiento del Sarmiento, que ya supera los 4 kilómetros de túnel y que tiene en marcha cuatro estaciones en la zona oeste.
La empresa presentó el año pasado una propuesta de financiamiento externo para agilizar los trabajos. No es un movimiento menor: es un crédito de 1000 millones de euros de un grupo de bancos europeos, entre los que figuran el Deutsche Bank y Banca Intesa.
La oferta está en manos del Ministerio de Finanzas, pero -según señalaron fuentes del sector- está condicionada al informe de la «comisión investigadora» del Poder Ejecutivo que se creó ad hoc para auditar los antecedentes de la obra sospechada por corrupción durante el kirchnerismo.
Por: Maia Jastreblansky
Fuente: La Nación
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