Un sistema de monitoreo en tiempo real controla la obra del Paseo del Bajo
Se trata de un software que permite visualizar los trabajos realizados, los que están en ejecución y los previstos a futuro; buscan advertir problemas
Una de las obras que el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, considera parte de las principales apuestas para una reelección en 2019 es el Paseo del Bajo. La obsesión por tener un control detallado del estado de los trabajos y evitar hasta el más pequeño inconveniente que genere un atraso llevó a que la Ciudad utilizara por primera vez un sistema de monitoreo en tiempo real.
Conocido como Building Information Modeling (BIM), el software ofrece una plataforma que se nutre de toda la información relacionada (proyecto ejecutivo, personal afectado a las tareas, planes de trabajo, logística, etc.) y permite visualizar, mediante imágenes en tres dimensiones, lo ejecutado hasta la fecha, la etapa actual de la obra y los trabajos planificados a futuro; combina el aspecto visual con el aspecto técnico.
Una vez que se concluya el Paseo del Bajo, será usado para controlar el estado de la vía rápida que conectará las autopistas Illia y Buenos Aires-La Plata de modo de poder programar las tareas de mantenimiento. En la región, el sistema -que tuvo su primera versión en 2003- es utilizado solamente en Chile. Allí, el sector privado empezó a instrumentarlo en 2009 y, a fines de 2015, la presidenta Michelle Bachelet ordenó que sea usado para monitorear los procesos de los ministerios de Infraestructura y Justicia.
El software posibilita un seguimiento en tiempo real del proyecto, lo que para el Poder Ejecutivo porteño es una «herramienta vital» para detectar posibles interferencias, trabajos incompatibles, problemas de sincronización de las diferentes tareas y estudiar la logística, como también, explican los funcionarios, evaluar futuros escenarios que puedan surgir en el transcurso de la obra.
La maqueta virtual funciona con cuatro parámetros diferentes: ejecución, identificada con el color verde; demolición, con el rojo; construcción existente, con gris, y nueva construcción, en beige. Según los cálculos del Ministerio de Desarrollo Urbano y Transporte, cargo de Franco Moccia, la obra demorará 690 días, casi dos años de trabajo intensivo. El costo total se proyectó en US$ 650 millones, de los cuales 400 fueron conseguidos mediante un préstamo de la Corporación Andina de Fomento (CAF), y los 250 restantes los aporta la Ciudad.
«El Paseo del Bajo es la obra más importante de la ciudad en este período de gestión y queremos que sea un ejemplo de innovación en cada una de sus instancias. Este software, utilizado por primera vez en la Argentina, controla todo el proceso de ejecución, determinando plazos y avances en tiempo real», dijo Moccia a LA NACION.
Las tareas están a cargo de Autopistas Urbanas SA (AUSA), en cuyo directorio no son pocos los que dudan de que el proyecto pueda terminarse en tiempo y forma. «Recién empezaron los trabajos. Por lo bajo se dice que no se va a llegar. Si llega a suscitarse algún problema, la demora será mayor», sostuvieron.
El impacto que la obra tiene y tendrá sobre el tránsito durante su construcción es algo que admiten y blanquean en la sede del gobierno porteño desde el primer momento. Sin embargo, Rodríguez Larreta remarcó las ventajas que tendrá la zona una vez terminada la autovía. «El Paseo del Bajo es mucho más que una autopista subterránea. Son nuevos parques y plazas que ganamos los vecinos para correr, tomar mate, andar en bici, leer, lo que más nos gusta hacer al aire libre. Donde hoy hay una barrera de camiones, mañana va a haber chicos jugando a la pelota», afirmó.
El sistema de control entró en operación recientemente, ya que, según explicaron voceros de AUSA, la carga de datos lleva bastante tiempo. No sólo se suben los tiempos estimados y las obras previstas, sino que también se modelizan algunos de los contratiempos.
Fuente: La Nación
Suscripción a
Las noticias más importantes, una vez por semana, sin cargo, en su email.
Complete sus datos para suscribirse.