El concurso de Isolux en España pone en riesgo proyectos de obras en el país
Un juicio que tramita en España podría tener fuertes consecuencias en la Argentina. Se trata del expediente donde tramita el concurso de acreedores de Isolux Corsan, la empresa constructora que en la Argentina tiene varios proyectos de obra pública en ejecución, que por ahora están llenos de puntos suspensivos.
Según confiaron fuentes con acceso al expediente en Madrid, el juez de la causa podría disponer la venta de la filial local de la empresa, y de esa manera permitiría al Estado argentino, contratista de la constructora, retomar las negociaciones con el nuevo dueño de la empresa.
De acuerdo a lo que pudo saber LA NACION, hay dos interesados en quedarse con los activos locales, y ambos ya se habrían contactado con la Justicia española.
La novedad es bien vista por el gobierno argentino. Sucede que la compañía tiene en el país varios contratos importantes. Uno de ellos, quizás el que más preocupa al ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren, es el de la Central Térmica Río Turbio, la usina a carbón que quedó trunca en Santa Cruz.
El ministro nunca tuvo buen diálogo con los ejecutivos de la empresa en el país y la desconfianza mutua terminó por paralizar la negociación, y obviamente, también la central. Además de contratos en Loma La Lata, en las centrales térmicas Ensenada y Brigadier López, construidas por Enarsa, y de alguna concesión vial, la empresa española se quedó con contratos por 160 millones de dólares en 2016.
El más importante es el primer tramo del Paseo del Bajo, una de las principales obras que inició el gobierno porteño. Con un presupuesto de US$ 100 millones, el proyecto adjudicado por Autopistas Urbanas tendrá un plazo de ejecución de 28 meses y será clave para comunicar el Sur con el Norte de la ciudad.
Otra de las adjudicaciones, esta vez otorgada por Vialidad Nacional, incluye la ejecución de varios tramos de la Ruta Nacional 3 en la provincia de Chubut. La infraestructura se realizará en dos años y cuenta con un presupuesto de US$ 37 millones. Además, Isolux también ganó un tramo de la pavimentación de la ruta 12, en la provincia de Córdoba.
Justamente en este paquete de obras radica el atractivo de la compañía, y de ahí la decisión que estaría cerca de tomar el juez concursal español de proceder a separar el activo argentino.
A principios de julio, el Consejo de Administración de la empresa de construcción e ingeniería aprobó solicitar oficialmente el concurso de acreedores, una vez que ningún inversor estuvo dispuesto a aportar unos 400 millones de euros de capital para rescatar la empresa, que acumula una deuda de más de 1600 millones de euros. Pocos días después, la empresa, que actualmente está en manos de los bancos acreedores (ya que la anterior administración renunció), presentó su concurso.
Mientras, en la Argentina las negociaciones con la empresa están trabadas. Puntualmente, la más complicada es la de la usina de carbón en Río Turbio. En el Gobierno se ilusionan con que en el corto plazo la empresa local cambie de manos. En el rincón patagónico, la velocidad de la construcción de la usina se frenó a cero, y según cálculos estimados, la deuda comercial de la compañía por los trabajos en el Sur rondaría los $ 1000 millones. Justamente, la discusión de ese monto fue determinante en la frialdad que tuvo la relación entre Aranguren y la sucursal local. Pero ahora puede cambiar de manos, y en ese caso, la continuidad de los contratos estará asegurada.
Fuente: La Nación
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