Desplazan a la cúpula local de Isolux por la usina de Río Turbio
Arrancó en US$ 400 millones, pero terminó en más de US$ 1.600 millones.
La empresa española Isolux, que ganó la millonaria obra para la construcción de la central térmica de Río Turbio durante el kirchnerismo , despidió a la cúpula directiva de su filial argentina. Los relevos de los ejecutivos que venían liderando la operación local están «respaldados por el resultado de una investigación interna previa realizadas por indicación del nuevo equipo de gestión», según afirmó la compañía.
Durante el kirchnerismo, Isolux resultó adjudicataria para la construcción de la usina térmica de Río Turbio. El presupuesto oficial era de US$ 485 millones y se estiró a U$S 857 millones con la obra básica. Sin embargo, a fines de 2015, la usina no estuvo terminada y había experimentado 11 redeterminaciones de precios, llevando su costo a US$ 1.631 millones, según un informe de la Sindicatura General de la Nación (Sigen). Es un 90% más de lo pautado.
Durante el kirchnerismo, el costo de la obra se duplicó en dólares, según los certificados emitidos por Isolux ante el ministerio de Planificación, a cargo de Julio De Vido. «Costará tres veces su costo original», señalaron fuentes oficiales.
Entre el 2 y el 9 de diciembre de 2015, a pocos días del cambio de Gobierno, la empresa presentó un pedido para cobrar US$ 313 millones que estaban pendientes. Juan José Aranguren, ministro de Energía desde el 10 de diciembre de 2015, desechó ese pago y ordenó una investigación de lo actuado. «La obra estaba sobrefacturada», aseguraron en el Gobierno.
La construcción de la usina se paralizó y el ministerio de Energía le hizo saber a Isolux sus desacuerdos sobre el costo de la obra. En paralelo, Ia casa matriz de Isolux en España avanzó con su propia exploración al respecto. «Si como consecuencia de estas investigaciones o de las indagaciones internas ordenadas por la dirección se derivara el conocimiento de algún hecho delicitivo, la empresa lo pondría inmediatamente en manos de las autoridades judiciales», señaló ayer la compañía.
Foto Maxi Failla. La Usina de Río Turbio está detenida desde fines de 2015.
El Gobierno calcula que una obra de similares características tendría un costo de US$ 580 millones, según los estandares internacionales. Terminará costando US$ 1.800 millones.
Omar Zeidán fue designado interventor de Yacimientos Carboníferos Río Turbio por el gobierno de Cambiemos. Denunció al ex ministro de Planificación Julio De Vido y otros funcionarios que trabajaban con él. El funcionario encontró un yacimiento «destruido “y con riesgo de derrumbe y explosión de continuar así”, aseguraron.
Durante el kirchnerismo, YCRT recibió partidas por $ 26.000 millones para distintas obras, incluida la usina. La Sigen denunció que “el destino de los fondos no fue el yacimiento, ni se aplicó a otros fines legales preestablecidos por la ley; esta circunstancia resulta fundamental así para sostener la línea de ponderación que genera las fuertes sospechas de corrupción”.
Isolux comunicó ayer el despido de Juan Carlos de Goycochea, director regional de la empresa en la Argentina. Pero eso sucedió el 8 de febrero. «La casa matriz me empezó a pedir $ 20 millones y yo no quise girarla porque la necesitaba. Además, la compañía tenía una deuda conmigo y me la querían pagar en 5 años y solo el 30% de lo que yo reclamaba», le explicó Goycochea a Clarín.
Pero la desaveniencia final se habría dado por unas transferencias a personas físicas sin relación con la compañía. Las mismas suman $ 5 millones y de Goycochea asegura que no las autorizó. «El causal de despido son tres transferencias (una se habría emitido, pero no se realizó) que yo no firmé. Fue un intento de estafa y los voy a demandar en Madrid. Ellos dicen que yo hice unos cheques y no es cierto», agregó el saliente ejecutivo a este diario.
Sobre la acusación del Gobierno nacional en relación a sobrefacturación, costos excesivos y sospechas de connivencia entre Roberto Baratta (mano derecha de Julio De Vido) y la conducción local de Isolux, de Goycochea entiende que el ministerio de Energía hizo un abordaje técnico erróneo. «Calculan los costos como si estuviéramos en Buenos Aires y no en Santa Cruz, que tiene otros costos», dijo.
El ministro Aranguren estuvo con autoridades españolas de Isolux. Antes de desplazar a de Goycochea, los ejecutivos ibéricos desvincularon a Marcelo Delfino, a cargo de Administración y Finanzas de la filial local.
Fuente: Clarín, Otros
Suscripción a
Las noticias más importantes, una vez por semana, sin cargo, en su email.
Complete sus datos para suscribirse.
Y entonces? A quién le creemos?
1) No veo a la AGN auditando la obra o el proyecto
2) La construcción de la central no terminó. Si no se termina, no produce energía. No hay peor obra que la que no termina.
3) No veo procesos judiciales iniciados, ni nada definitivo…