La nueva obra pública despega lentamente
En las últimas semanas se inició el repunte tras meses de paralización
La obra pública está cambiando de piel. Mientras el «club» que se enquistó durante el kirchnerismo busca reacomodarse, el Gobierno arrancó tímidamente a trazar un nuevo panorama tras meses de parate. «Empezamos» se llama el nuevo spot del Gobierno que celebra esos primeros «brotes verdes».
Los funcionarios a cargo de los proyectos reconocen que «se empezó, pero costó». Alegan que fue arduo mover la rueda porque la anterior gestión cortó los pagos en el segundo semestre de 2015 y porque «muchos tuvieron miedo de firmar lo que había empezado el kirchnerismo». Con muchos proyectos aún sin adjudicar, prometen que el año próximo llegará el despegue.
Dentro del Ministerio del Interior de Rogelio Frigero, la Secretaría de Obras Públicas, a cargo de Daniel Chaín, adjudicó 99 obras en lo que va del año, de las cuales 77 son, en rigor, ampliaciones de la red de AySA en el conurbano. Según información oficial que solicitó LA NACION, si se descuentan esas obras y otras ocho del Plan Nacional del Agua, en el área, se contabilizan sólo 14 adjudicaciones.
Si se observa a las empresas contratadas en la era «M», hasta ahora el club de la obra pública parece haber abandonado el selecto «comité de membresía» para convertirse en un juego más abierto, donde las empresas chicas se mezclan con los históricos «popes» del sector.
Las 99 adjudicaciones de la Secretaría de Obras Públicas fueron para 54 firmas distintas, entre las que se cuentan actores nuevos pero también gigantes como Chediack SA y Creaurban, la constructora del primo de Mauricio Macri, Angelo Calcaterra, que restaura la basílica del casco histórico porteño.
Entre las 14 adjudicaciones que hay si se descuentan las obras de Aysa y del Plan Nacional del Agua, se encuentran la restauración de la casa de San Martín en Yapeyú, la puesta en valor de la Basílica de San Francisco de Asís y la construcción de cinco escuelas y siete jardines de infantes. No es casualidad que Macri tenga en su cabeza a los centros de primera infancia -cuestan unos $ 6 millones – como parámetro para evaluar los gastos del Estado.
«Pesada herencia»
Durante el primer trimestre, Chaín y su equipo se dedicaron a «acomodar» los proyectos que venían del kirchnerismo, en muchos casos paralizados y con empresarios sedientos de partidas actualizadas para no ir a pérdida.
El sucesor de José López asegura que no perdió tiempo en «fiscalizar» lo anterior, pero recuerda que se encontró con expedientes «por cinco cuadras de cordón» y con obras «que no se pagaban desde mayo de 2015».
«En abril nos pusimos de acuerdo en cómo redeterminar los precios con los índices mentirosos que heredamos y empezamos a licitar una obra por día», dijo el funcionario a LA NACION. Se abrieron 215 concursos, en su mayoría en trámite.
«El límite no es la capacidad de gestión, sino el presupuesto», reconocen en la Secretaría de Obras Públicas. Para este año cuentan con unos $ 28.500 millones. Si se contemplan las obras que venían del kirchnerismo, Obras Públicas tiene en marcha 1067 obras. Eso sin sumar a Aysa, que avanza con mejor ritmo. En la empresa, que tiene un 90% de capital público, explican que venían «con muchos proyectos ya elaborados».
El Ministerio de Transporte, que conduce Guillermo Dietrich, es uno de los que más se luce en el spot televisivo de Macri: de los 13 proyectos iniciados, siete tienen que ver con ese área.
Según datos a los que accedió LA NACION, este año se adjudicaron 10 obras en distintos aeropuertos del país y, dentro del plan ferroviario, cuatro obras por remodelaciones de estaciones y frenos automáticos de trenes en la zona metropolitana. Del Belgrano Cargas, se licitaron cinco tramos por un monto total de $ 8.686 millones, de los cuales ya fueron adjudicados tres, por $ 3.033 millones. Se agilizaron las construcciones del Metrobus y hay otros 20 proyectos en proceso licitatorio.
Dentro de este ministerio, la ex gestión de Vialidad se convirtió en el símbolo de la tierra arrasada y de las sospechas de corrupción. Javier Iguacel, su titular actual, fue el encargado de llevar las irregularidades a la Justicia. En lo que refiere a autopistas, se cuentan 21 tramos en ejecución. Como adjudicación nueva se cuenta una obra, pero simbólica: la autovía en la Ruta 3 entre Comodoro Rivadavia y Caleta Olivia, un contrato incumplido de Báez que Cristóbal López pudo arrebatar por menos de la mitad del precio original.
«Nuestro plan es que en los próximos cuatro años se haga la misma cantidad de autopistas que las realizadas en los últimos 65 años, llevándola a 2800 kilómetros, además de 4000 kilómetros de rutas seguras», manifestó Dietrich a LA NACION.
El Plan Belgrano, una unidad nueva y sin presupuesto propio, fue otra de las áreas que encontró obstáculos para encender motores. Desde esa dependencia, que coordina las obras del norte del país, admitieron que «no hay proyectos nuevos adjudicados» y explicaron: «Había muchas obras paralizadas que logramos finalizar, como el aeropuerto de Tucumán o la ruta 51». «La Ruta 9 de San Miguel a Termas de Río Hondo se había anunciado tres veces y ni siquiera tenía proyecto técnico», recordaron.
Dentro del área de hábitat, explicaron que la Secretaría de Vivienda no licita obras, sino que ese proceso queda en manos de los institutos provinciales, pero aseguraron que actualmente hay «61.465 casas en construcción y otras 14.135 fueron finalizadas este año».
En todas las áreas del Gobierno se jactan de haber cambiado el modus operandi. Con las licitaciones online, aseguran que los proyectos ya no están reservados para las tres o cuatro empresas que pueden comprar el pliego y que «se está triplicando la cantidad de oferentes» bajando los costos.
De todas formas la mayoría de los concursos todavía no tiene ganador. Habrá que esperar más para conocer a todos los socios del nuevo club.
Fuente: La Nación
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