Shopping en Caballito
Habrá un nuevo intento de reflotar el proyecto del shopping en Caballito
Por quinta vez desde 2011, el oficialismo buscará sancionar una ley que habilite el emprendimiento de la empresa IRSA; quejas de los vecinos
Pasaron dos años desde el último debate, que terminó con insultos, amenazas y presiones. Durante ese tiempo la turbulencia fue menguando y ahora, con las aguas calmas, comienzan a generarse nuevas negociaciones para hacer otro intento, el quinto desde 2011, para que un nuevo shopping desembarque en el barrio de Caballito, en un predio situado sobre la avenida Avellaneda, cerca del club Ferro Carril Oeste.
El proyecto, que hasta 2014 no consiguió el consenso necesario entre los diputados porteños y perdió estado parlamentario en la Legislatura, sería impulsado este año por el gobierno de la ciudad. Y Pro tendrá la difícil tarea de conseguir que se debata en el recinto. Los fallidos intentos anteriores chocaron con la oposición de los bloques no oficialistas y de agrupaciones de vecinos que no consideran viable sumar una nueva construcción en Caballito.
El proyecto, a cargo de la empresa IRSA -que controla otros siete centros comerciales en la ciudad- se encuentra en estado embrionario y deberá madurar en dos ámbitos: el Ejecutivo tiene que terminar de definir los lineamientos generales de la propuesta, mientras los diputados del oficialismo preparan el terreno en la Legislatura, donde intentarán lograr el consenso antes de que ingrese. Así lo confirmaron a LA NACION fuentes del Gobierno y del bloque de Pro.
Inquietud por otro desarrollo inmobiliario
Para llevar adelante la iniciativa se debería rezonificar el predio de avenida Avellaneda y Fragata Sarmiento, de manera de poder habilitar el uso comercial. Ahí, hoy sólo se admite el uso residencial, por lo que la empresa podría construir, si lo quisiera, viviendas. Los proyectos de este tipo son de doble lectura. Es decir, deben ser aprobados en el recinto en dos oportunidades: de aprobarse la primera votación, el proyecto pasa por una instancia de audiencia pública y luego vuelve al recinto para la segunda votación.
IRSA adquirió hace 15 años los terrenos lindantes con Ferro y las vías del ferrocarril Sarmiento (a pocas cuadras de allí se encuentra la estación homónima del barrio). La empresa pretende construir un centro comercial similar al Dot Baires de Saavedra, con una inversión de 150 millones de dólares.
El shopping tendría diez pisos, 40 locales, cines y estacionamiento. La edificación sumaría en total unos 40.000 metros cuadrados. También se prevé instalar una sala de primeros auxilios y un jardín maternal para donar a la ciudad, como ocurrió con el proyecto del Dot, que además incluyó una plaza y un espacio verde. Consultados por LA NACION, voceros de IRSA contaron que la empresa debe esperar a que se resuelva la cuestión legislativa para avanzar en el proyecto.
Rechazo vecinal
«Hace años que estamos con el proyecto de Caballito y confiamos en que algún día se van a dar cuenta de que los vecinos del barrio son los que quieren el shopping», dijo hace algunos meses el titular de IRSA, Eduardo Elsztain, propietario de quince centros comerciales en Buenos Aires, Mendoza, Córdoba, Rosario, Neuquén, Salta y Santa Fe.
Sin embargo, la opinión de los vecinos no coincide con la de la empresa. Desde que en 2008 comenzó a gestarse el proyecto, al mismo tiempo crecían el descontento y la oposición. La presión de agrupaciones barriales, principalmente SOS Caballito, fue determinante para que el plan de IRSA no se concretara.
«Caballito no necesita un shopping de esa envergadura. Ningún barrio puede soportar un centro comercial del tamaño del que se pretende construir aquí», opinó el titular de SOS Caballito, Mario Oybin.
«El acceso principal sería por la avenida Avellaneda y habría otros por calles internas de un barrio de casas bajas. Pasaría lo mismo que en Saavedra, donde la gente perdió toda la tranquilidad. La vida de los vecinos se transformaría en un infierno», agregó.
El proyecto fue resistido por la Cámara Argentina de la Mediana Empresa (CAME), que defiende a los pequeños comerciantes de las grandes corporaciones. También se cuestiona el caudal de tránsito vehicular que se generaría en la zona.
La construcción del Dot Baires y la del Distrito Arcos, de Palermo, también causaron controversias. En el caso del Distrito Arcos, permaneció cerrado durante dos años por un fallo judicial que frenaba su inauguración. La empresa, además, tiene la concesión del Buenos Aires Design, en Recoleta, por la que existen cuestionamientos relacionados con el canon mensual estipulado en el contrato.
La Nacion
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