Reurbanización de la Villa 20, en suspenso
El Gobierno porteño suspendió el tercer y cuarto concurso para definir el diseño de las nuevas viviendas sociales para la Villa 20, en la Comuna 8. Incertidumbre sobre el futuro de esta área sensible del sur de Buenos Aires.
Parecía que el tema de la Vivienda Social empezaba a encausarse. Luego de décadas de indiferencia, de malas experiencias y de propuestas que solo parecían atacar, en el mejor de los casos, las estadísticas; la vivienda social volvió a ser un área de interés de los arquitectos, regresó a los talleres de las facultades y, en la esfera pública, a buscar sus mejores soluciones a través del sistema de concursos.
Por caso, en esta misma columna hemos publicado varios de los concursos que se realizaron para definir las viviendas de la Villa Olímpica de los Juegos de la Juventud 2018, que están en construcción.
También, más recientemente, contamos el proyecto ganador para las primeras 184 viviendas de las 1000 que se construirán para reurbanizar la Villa 20.
La segunda etapa de este concurso se falló recientemente. La ganaron los arquitectos Matías Beccar Varela y Miguel Altuna con un planteo sensato que tiene en cuenta el resultado del concurso anterior que definió el formato de la manzana colindante.
Armaron en la manzana tres patios comunitarios de 17 metros de lado conectados entre sí –y con un bulevar intermedio y la villa existente– a través de pasajes. El bloque de viviendas alterna una altura de cuatro niveles y de tres, coronados por terrazas jardín, en coincidencia con los patios, para permitir su mejor asoleamiento. Tiene unidades de 2 y 3 ambientes en una planta y, otras en dúplex.
En los dos recientes concursos, los trabajos ganadores fueron seleccionados, entre un número importante de propuestas, de 43 y 77 trabajos presentados respectivamente. En ambos casos, y como lo indica el reglamento de concursos de FADEA (Federación Argentina de Entidades de Arquitectos), el jurado se formó con representantes de las entidades profesionales, miembros del colegio de jurados, con uno elegido por los participantes y otros por el promotor, en este caso el Gobierno porteño. Ambos proyectos recibieron críticas, que servirán para mejorar estas propuestas y perfeccionar los certámenes que sigan. Como se suele afirmar, los concursos son el mejor sistema posible y el más trasparente para la selección de proyectos de obra pública. Y una práctica que entusiasma a la comunidad de arquitectos, porque además de darles la oportunidad de hacer aportes a temas sensibles y de interés público, les permite acceder a encargos poco frecuentes en la rutina profesional.
Con ese Norte, desde el suplemento ARQ y con el apoyo de la SCA, inventamos hace 15 años los Premios Clarín-SCA para estudiantes de arquitectura. Como un dispositivo para que los futuros arquitectos se “entrenen” en este tipo de certámenes. Como ya reseñé en esta columna, la edición 2015 de los premios vino con el valor agregado de una muestra itinerante y un “conversatorio” en cada una de las facultades que tuvieron trabajos ganadores. Ya circuló por La Plata, Mar del Plata y Morón.
El trabajo propone en una primera etapa abrir calles que la integren con el resto de la ciudad y generar espacio público de calidad. Luego, crear equipamientos que refuercen la vida de ese espacio público y den los servicios sanitarios que la mayoría de las viviendas no tiene. Y, para una tercera etapa, proyectaron viviendas de cuatro niveles con posibilidad de crecimiento, que podrían hacerse por auto construcción y que posibilitan liberar suelo urbano para utilizarlo como espacio comunitario.
Miguel Angel Roca, titular de la cátedra donde se elaboró el trabajo, señaló la importancia, la urgencia y lo central de este tipo de temas frente a la “insufrible e intolerable” realidad de nuestras ciudades. Felicitó a los alumnos por el proyecto y al jurado por haber tenido la sensibilidad de haber elegido un tipo de trabajo que trata de aportar algo a la comunidad. En sintonía, otro de los jurados, Roberto Frangella alentó para que desde estos ámbitos “resistamos a las imposiciones de la especulación inmobiliaria. Y sigamos en la senda de estos trabajos que intentan ser útiles a la sociedad y a lo colectivo”.
Pero una noticia ensombreció esta fiesta iniciática de estudiantes participando, quizás por primera vez, de esta herramienta saludable que son los concursos. La notificación que apareció publicada en la página de la Sociedad Central de Arquitecto que informa que “por indicación del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se suspenden las etapas 3 y 4 del Concurso Nacional de Anteproyectos Viviendas Sociales Villa 20, hasta nuevo aviso”.
Según pudo saberse, “hasta nuevo aviso” es un eufemismo. Trascendió que a pesar de que el flamante Gobierno porteño sea del mismo color político que el anterior, las nuevas autoridades tienen otra opinión sobre cómo gestionar la vivienda social. En principio tiran por la borda lo actuado hasta ahora, desconoce el resultado de estos concursos públicos. Y encarga a equipos allegados, elegidos a dedo, hacer el nuevo proyecto para la Villa 20. Parece que lo no cambia en este lado del planeta, es que cada quien que llega, en vez de mejorar y perfeccionar lo anterior, viene con su librito. Una pena. Más bien como diría un ex presidente de la Sociedad Central de Arquitectos, el recordado Julio Keselman: ¡Esto es un despropósito!
Fuente: Clarín
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