Techint: Se viene un «cambio de modelo» en América Latina
El presidente de Techint aseguró que se viene un «cambio de modelo» en América Latina
El presidente del Grupo Techint, Paolo Rocca, fustigó el avance del Estado sobre la economía en la Argentina y la región, se quejó de que el peso de la industria en el Producto Bruto disminuyó desde el 2002 y vaticinó un inminente «cambio de modelo económico».
«Las políticas económicas van a cambiar pero también el cuadro político. Se tienen que encarar problemas distintos: hoy el tema no puede ser redistribuir un surplus (superávit) que se está extinguiendo», enfatizó el directivo. Para Rocca, el nuevo dilema para la política latinoamericana está en promover la iniciativa privada y la llegada de capitales con objetivo de invertir en proyectos con retornos y crear «real riqueza», desarrollo e incorporación de tecnología.
Añadió que el modelo «más Estado menos industria va a tener que ser sustituido por uno en el cual el rol de las empresas aumente para transformarse en el motor del desarrollo». Rocca se expresó así ante más de 200 empresarios de países americanos y europeos en el 56 Congreso de la Asociación Latinoamericana del Acero (Alacero), que se llevó a cabo en un lujoso hotel de esta capital. Sin hacer referencias explícitas al balotaje del 22 de noviembre, Rocca cuestionó que la Argentina «aumentó el peso del Estado en la economía del 22 a más del 40% del PBI entre 2002 y la actualidad», y dijo que «ese modelo debe cambiar».
«No podemos contar con el súperciclo en el cual los países de la Región pueden exportar productos primarios e importar manufactura y distribuir a través de un Estado con un rol creciente. Este modelo no va a funcionar en las condiciones que vamos a ver en los próximos diez años», vaticinó.
Advirtió que el crecimiento para actividades como la siderurgia –rama central del Grupo Techint- ya no va a ser tan fuerte como en los últimos 15 años cuando llegó a tocar tasas del 7 por ciento anual, pero «sí será más sano». De acuerdo con Rocca, la calidad del gasto público es la que está en juego:
«El Estado no va a poder gastar lo mismo que en los últimos años, va a tener que achicarse, pero puede hacerlo sin perder eficacia ni capacidad de promoción del desarrollo».
Lo que pasó, lo que se vive y lo que viene
Rocca, uno de los empresarios más importantes del país, analizó que el perfil importador de China benefició a los sectores primarios de la economía latinoamericana desde el 2000, aunque desde 2011 la dinámica empezó a cambiar por la caída de los precios internacionales.
El CEO de Techint sostuvo que a mediados de la década pasada él supo definir como un «pacto con el diablo» a los acuerdos que contemplaron la exportación a China de productos primarios a cambio de la importación de manufactura. Según opinó, la captura de recursos por parte de los Gobiernos a través de retenciones, de dividendos de las compañías públicas y la carga impositiva creciente, incrementó el peso del Estado a cambio de un descenso de la iniciativa privada.
«Para nosotros ha sido muy negativo y desfavorable un modelo de crecimiento que en definitiva redujo el peso de la industria», dijo el empresario ante sus paredes de América Latina. Rocca sostuvo que la Región (con Argentina y Brasil a la cabeza) cayó en un proceso en el que la industria perdió peso en la economía y llamó a las nuevas propuestas políticas a revertir la situación.
«La industria de San Pablo ha sido un ejemplo en los 80 por la sofisticación y aplicación de tecnología, pero ahora hay una reducción del peso del Producto Bruto industrial a menos del 10% sobre el PIB. Señaló que el 70 por ciento de las exportaciones de Argentina y Brasil son productos primarios, por lo que el único país que se protegió del denominado «pacto con el diablo» fue México, porque sin disponer de grandes recursos naturales, articuló su economía con vistas en el desarrollo.
En estos últimos años se ha llegado a pensar que es el Estado quien crea la riqueza, pero la verdad los que la crean son los emprendedores, industriales, agricultores, prestadores de servicios, las estructuras privadas, sentenció Rocca.
«El motor de la economía no es el Estado, que sí puede redistribuir e invertir en infraestructura», afirmó. En América Latina, el peso del Estado en la economía creció del 26% en 2002 al 36 por ciento en 2015 y en la Argentina el aumento fue mayor: «del 22% al más del 40%, casi se duplicó».
¿A dónde ha ido esa mayor captura de recursos por parte del Estado?, se preguntó Rocca y respondió: «La verdad es que no se la ve en el nivel de inversiones, que quedó estancado en el orden del 20% a los largo de los últimos quince años».
Esa masa de recursos -según el discurso- se transformó en aumento del consumo y en subsidios, en elemento de un «diseño económico pero también político populista en algunos casos con rasgos autoritarios, como se puede encontrar en Venezuela y Rusia». «Argentina, con un comercio muy regulado, logró acotar la desindustrialización y mantener el peso industrial en torno al 17%, pero modernizó con fuerza la estructura fabril», señaló. Fuente: NA
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