Síntomas de parálisis para la obra pública santafesina
Santa Fe- A poco de iniciar la construcción del acueducto, la Provincia frenó la obra
Las elecciones provinciales marcaron el pulso de la obra pública. En un gesto para los votantes, el Gobierno de Bonfatti dispuso el inicio del tendido de caños del acueducto para Rafaela y la construcción del nuevo hospital de Rafaela a fines de mayo, pocos días antes de los comicios del 14 de junio. Ambos proyectos fueron paralizaros días después.
Los caños ocupan un tramo de 500 metros cerca de la autopista y escasa distancia de la planta potabilizadora de Desvío Arijón.
Antes de las elecciones se colocó el cerco perimetral, pero no se hizo nada más.
La construcción del nuevo acueducto para Rafaela comenzó en junio pasado, dos semanas antes de las elecciones que terminó ganando por menos de 1.500 votos Miguel Lifschitz. Había sido anunciada por el gobernador, Antonio Bonfatti, el 26 de mayo cuando en esta ciudad presidió la entrega de 501 lotes del programa «Mi Tierra, Mi Casa» cuya ejecución es compartida con la Municipalidad local. Los comicios se llevaron a cabo el 14 de junio y la obra automáticamente se paralizó, con apenas 25 caños colocados a la vera de una ruta provincial y a escasos metros de la autopista que une Santa Fe con Rosario, en jurisdicción de la localidad de Desvío Arijón.
«Yo les quiero comentar que me acaban de avisar que hoy llegaron los caños y vamos a utilizar el 20 por ciento de plus, esa primera licitación que tenemos, y el viernes a las 10 de la mañana empezamos a tender los caños hacia Rafaela», fueron las palabras elegidas por Bonfatti que cosecharon un efusivo aplauso ese día. «No crean que esto es un anuncio electoral, porque así se dieron los tiempos», agregó en un intento, frustrado, de despegar el inicio de la obra con el contexto eleccionario.
Para que la puesta en escena sea completa, el ministro de Aguas, Servicios Públicos y Medio Ambiente, Antonio Ciancio, recorrió el lunes 1º de junio, junto a un grupo de periodistas y funcionarios, «el avance del Acueducto Desvío Arijón-Rafaela». De acuerdo a la información suministrada por la Provincia, primero hubo una visita a la planta potabilizadora ubicada a la altura de Desvío Arijón sobre la Autopista Santa Fe-Rosario donde se presentó un informe del sistema de acueductos regionales que la provincia «ya puso en marcha y un resumen del desarrollo del acueducto en cuestión». Poco después «la comitiva se dirigió a la obra del ramal hacia Rafaela, donde se están colocando los caños en esa dirección». «La inspección tuvo como objetivo evaluar el avance de la obra que demandará una inversión de 500 millones de pesos y beneficiará a unas 300 mil personas» resalta la información oficial sobre la recorrida.
Esos caños de termofusión, que miden 25 metros cada uno, seguían abandonados a la espera de que Gobierno provincial asigne partidas para financiar los trabajos según pudo comprobar LA OPINION en una recorrida por el sector. Prácticamente han transcurrido cuatro meses sin avances. Y será difícil que se retomen las tareas en el corto plazo considerando que el ministro de Hacienda y Finanzas, Angel Sciara, admitió la semana pasada que la Provincia necesita pedir prestado 2.000 millones de pesos para cubrir los compromisos hasta fin de año. Fue al anunciar el envío de un proyecto a la Legislatura para que senadores y diputados autoricen el endeudamiento, lo que disparó dudas sobre el estado de las cuentas públicas santafesinas y críticas de la oposición, como el diputado peronista, Mario Lacava, quien señaló que la Provincia se encuentra en un virtual cesación de pagos.
La falta de fondos de la Provincia se debe, entre otros motivos, al «alto ritmo en la ejecución de la obra pública en el primer semestre de 2015, para lo que fue necesario afectar otras partidas cuya atención resulta indispensable», según explicó Sciara. De esta manera, el funcionario reconoce que hubo mayor inversión pública en la primera mitad de este año, que curiosamente coincidió con la campaña para las elecciones provinciales. Es decir, ante un escenario electoral de enorme paridad en el que incluso el candidato macrista Miguel Torres del Sel lideró durante gran parte de la campaña la intención de voto, la administración de Bonfatti apostó todos sus recursos económicos -y de marketing- para poner obras en marcha como modo de convencer al electorado que vote por Lifschitz y el resto de las listas del Frente Progresista.
Ahora el nuevo acueducto sólo se extiende a lo largo de 500 metros (sí, medio kilómetro) y por ahora es superficial. Cuando alguien hizo notar al Gobierno que la obra se había detenido a poco de arrancar, se esgrimió que fue debido a la rotura de una máquina. A casi cuatro meses de ese inicio, está claro que el Gobierno provincial debe «rascar la olla» -un concepto acuñado por el propio Bonfatti en otro tiempo de su gestión- para pagar los gastos que garanticen el funcionamiento del Estado. Como también es evidente que el comienzo de la obra tan esperada por los rafaelinos fue un acting de campaña.
En la actualidad, la provisión de agua potable en la ciudad depende en gran medida del acueducto que funciona desde hace más de 30 años -cuando Rafaela contaba con alrededor de 60 mi habitantes- y que tiene como punto de partida Esperanza bajo la operación de Aguas Santafesinas Sociedad Anónima (ASSA). El caudal es insuficiente ahora para hacer frente a una demanda de 100 mil habitantes, por lo que se debieron efectuar inversiones no menores para construir una planta de ósmosis inversa para potabilizar el agua que se capta a través de los pozos ubicados en el sur de la ciudad.
La polémica en torno a los servicios sanitarios de Rafaela se hizo más grande con el cambio de color del Gobierno provincial, a fines de 2007. Es que en el final de su mandato, el peronista Jorge Obeid impulsaba una licitación para construir un nuevo acueducto que beneficie a Rafaela pero cuando asumió Hermes Binner, frenó el proceso con el argumento de revisar los proyectos.
Fue el inicio de una pulseada política permanente entre el Estado municipal bajo control del Frente Progresista y el Gobierno local en poder del peronismo. Desencuentros, críticas, pases de factura, reclamos y un clima de tensión constante dominaron la relación Municipio – Provincia en torno a una obra necesaria, pues principalmente en verano los rafaelinos que tienen a disposición el servicio sufren por la falta de presión. En tanto muchas otras familias de la ciudad directamente no tienen acceso al agua potable y no tienen otra alternativa que comprar el producto envasado al menos para el consumo humano.
Ya transcurrieron siete años de la decisión de Binner y los avances registrados son escasos. En Desvío Arijón se construyó la estructura de toma de agua cruda del Río Coronda, se colocaron dos de las cinco bombas para extracción y se construye la planta de tratamiento y potabilización, donde el jueves pasado había cerca de un centenar de trabajadores en acción. Es que Ciancio había estimado que en septiembre estaría terminado el «corazón del acueducto» como calificó a la planta y que inmediatamente se suministrará agua potable a las localidades vecinas de Desvío Arijón, Sauce Viejo y Santo Tomé. Quizás Bonfatti pueda darse un pequeño gusto e inaugurar parcialmente el acueducto. El problema es el tendido de caños hacia Rafaela…
HOSPITAL REGIONAL
El proyecto para construir el nuevo hospital regional de alta complejidad en Rafaela, anunciado en julio de 2008 por el entonces gobernador Binner, también parece haber quedado atrapado bajo la lógica electoral como el acueducto. El Gobierno provincial llamó a licitación con un presupuesto de casi 100 millones de pesos para ejecutar la primera de las cuatro etapas, consistente en la estructura de cemento. Adjudicó la obra a la empresa local Menara Construcciones que, a 20 días de las elecciones del 14 de junio, debió colocar el cerco perimetral en los terrenos donde se levantará el edificio en bulevar Lehmann al 2.800.
En la actualidad, ese cerco es lo único que se puede observar en el predio. Como los 500 metros de caños tendidos del acueducto para Rafaela. Son dos casos que desnudan como la coyuntura electoral forzó el inicio de obras para la foto.
Fuente: Diario La Opinión de Rafaela, Santa Fe, Argentina.
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