Las Cañitas – Construirán un edificio de 12 pisos donde funcionaba La Imprenta

Casi media cuadra de Migueletes al 800 se convertirá, desde septiembre, en una torre de dos cuerpos; los dueños afirman que se mantendrán las fachadas más antiguas

Los operarios hacen trabajos dentro de la ex heladería Persicco, en Migueletes y Maure.

No pocos vecinos de Las Cañitas se sorprendieron cuando, días atrás, empezaron a ver algunos locales cerrados en Migueletes al 800. Es el comienzo: a partir de septiembre, la mitad de la cuadra será intervenida, ya que se construirá un edificio allí donde funcionó la confitería La Imprenta, un gimnasio, el restaurante La Stampa y la heladería Persicco. La gente de la zona teme que haya más cambios, aunque los dueños del predio aseguran que «las fachadas históricas» se van a conservar.

«Gracias por acompañarnos estos 26 años», podía leerse en un cartel pegado en la puerta de La Stampa, en Migueletes 880, donde ayer entraban y salían los empleados de un camión de mudanza que terminaban de trasladar las pertenencias del local a Salguero 2741, donde funcionará el restaurante. «¡Los esperamos!», agregaba el cartel.

«El restaurante empieza una nueva etapa en otro barrio. Cuesta dejarlo y también duele verlo vacío, pero no nos queda otra», dijo Oscar Bardales, el encargado de compras de La Stampa, que trabaja allí desde hace once años.

Pegado a ese local, otro cartel similar podía leerse en el gimnasio Aires Up, que hasta el lunes funcionó dentro de lo que antes era la clásica confitería La Imprenta, en Migueletes 866, que había cerrado el año pasado. «Nos mudamos a Jorge Newbery 1651», decía el papel, pegado sobre la puerta de vidrio.

El nuevo edificio ocupará casi media cuadra. Las obras se harán sobre lo que queda del paseo de La Imprenta, en Migueletes 859; la ex confitería; el restaurante La Stampa, y la heladería Persicco, en la esquina de Migueletes y Maure.

Allí se construirá una torre que tendrá dos alturas distintas: a los ojos de los vecinos, será de doce pisos, pero en el centro tendrá diez.

Los propietarios de los legendarios locales, Natalio Enrique Churban y Natalio Churban, aseguraron que la fachada de la antigua confitería La Imprenta, del restaurante La Stampa y de la heladería Persicco «se dejarán intactas», aunque sí modificarán la del paseo de La Imprenta y el área donde funcionaba el gimnasio. Los primos Churban contaron que hace 40 años compraron una imprenta del año 1920 «que se estaba viniendo abajo» y ahí decidieron construir «la confitería».

Ahora dicen que buscan revalorizar el barrio, como lo hicieron aquella vez. «Hicimos una obra que se transformó en el corazón de Belgrano [sic]. Pero eso quedó atrás y hoy queremos redoblar la apuesta con una construcción de vanguardia y sustentable», dijo Natalio Enrique Churban.

«Todos los edificios construidos antes de 1941 que hayan presentado cambios estructurales y en sus fachadas no entran dentro de la ley de protección del patrimonio. Nosotros la cambiamos tres veces antes de la sanción de la ley. La Imprenta podría ser modificada y, sin embargo, aceptamos no tocar la fachada», dijo Natalio Churban.

La obra fue registrada en la Secretaría de Planeamiento del Ministerio de Desarrollo Urbano, bajo el título de «demolición parcial y ampliación», y el director del proyecto es el arquitecto Darío Jaraj.

Por su parte, el arquitecto Fabio Grementieri, el técnico en preservación de la obra, también expresó que «está habilitada» y confirmó que «se conservarán las fachadas históricas, que serán restauradas».

LA VOZ DE LOS VECINOS

Mientras algunos vecinos de esta zona de Palermo se mostraron indiferentes frente a los nuevos cambios que sufrirá Las Cañitas, otros se manifestaron «tristes» porque «dejará de ser lo que es». En tanto, los comerciantes creen que el nuevo edificio atraerá más clientes.

«Me da nostalgia y tristeza saber que esta histórica cuadra va a desaparecer. El barrio dejará de ser lo que es; estaremos rodeados de edificios», dijo Sandra Garay, una vecina que vive en la zona desde hace diez años y que acostumbraba ir a tomar café al bar La Imprenta.

Daniel Megías, dueño de una peluquería en Migueletes 832, es más optimista: «Ese edificio va a traer al barrio más gente, que se convertirá en clienta, y eso, seguramente, beneficiará las ventas. Me parece una gran idea», dijo..

Fuente: Por Agustina Mac Mullen  | LA NACION

Foto: Hernan Zenteno

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