General Paz: retomaron la ampliación y habrá demoras por un año $1.200 Millones
Los trabajos generan complicaciones para moverse en una avenida que ya solía colapsar durante las horas pico. Es la obra para sumarle un cuarto carril entre Panamericana y Liniers, que estaba frenada desde 2009.
A mediados del año que viene debería quedar terminada una de las principales ymás demoradas obras viales del área metropolitana: la ampliación de la avenida General Paz. El Gobierno nacional, a través de la concesionaria Autopistas del Sol, ya retomó el proyecto con varios frentes de obra, con lo cual se estima que por lo menos durante un año habrá que tener paciencia para moverse en un camino clave que rodea la Ciudad de Buenos Aires desde el Río de la Plata hasta el Riachuelo.
La parte más importante del proyecto es la construcción de un cuarto carril en ambas manos de circulación entre la Panamericana y Liniers, más una calzada extra para los camiones en el tramo entre el Acceso Norte y la salida hacia la avenida Lugones. Junto con esto se construirán nuevos puentes y pasarelas peatonales de metal, distribuidores de tránsito, se mejorará la iluminación, la parquización y los sistemas de desagües pluviales, entre otras cosas.
Actualmente la concesionaria Ausol (que con los peajes que cobra en la Panamericana también mantiene la General Paz) está trabajando en la adecuación del nudo Acceso Norte-Balbín, por lo cual el ingreso desde esta última avenida en el barrio de Saavedra está cerrado provisoriamente, por lo menos hasta fines de abril. También están avanzando con un nuevo distribuidor en avenida de los Constituyentes, con la instalación de un puente metálico a la altura de la avenida 25 de Mayo, más la pavimentación de la colectora entre Crovara y Mosconi del lado de Provincia, entre otras cosas.
Tras estas tareas, continuarán con dos puentes a la altura de Beiró, otro en avenida San Martín y dos en Lope de Vega y Víctor Hugo, entre otras tareas.
Obviamente todos estos trabajos en simultáneo generan demoras en una General Paz que ya colapsaba en las horas pico. Según un relevamiento de Clarín, antes de que se iniciarán las obras por la tarde el tramo entre Cantilo y el ingreso al Acceso Oeste o el empalme con la autopista 25 de Mayo demandaba alrededor de una hora. La semana pasada, el mismo trayecto llevó 90 minutos. Y si bien la velocidad máxima permitida es de 80 km/h, en la recorrida el promedió no superó los 50 km/h.
Si bien los cortes totales se realizan durante la noche con desvíos por las colectoras, en el resto del día hay tramos donde hayreducción de carriles, lo que provoca embotellamientos.
Según informaron en Ausol, ninguna de estas obras debería demorar más de ocho meses, con lo cual la ampliación terminaría a mediados del año que viene. La obra costará unos $ 1.200 millones, que surgen del extra que se cobra desde agosto de 2012 en los peajes de la Panamericana, la Riccheri y la Autopista del Oeste.
A la avenida General Paz la utilizan diariamente unos 350.000 vehículos, y durante varias horas del día está saturada y con largas demoras. Es que el crecimiento del parque automotor que se dio en los últimos años se puede certificar claramente en esta avenida de 24,3 kilómetros que fue inaugurada el 5 de julio de 1941. De hecho, cuando se habilitó la última ampliación, en 2001, la vía era utilizada por 150.000 vehículos por día, menos de la mitad que ahora. Esto terminó provocando que las horas pico se ampliaran mucho, y además aumentó la cantidad de accidentes, que si bien suelen darse a bajas velocidades, terminan complicando más el tránsito porque bloquean carriles.
Parte de los inconvenientes se deben a que las obras de ampliación no se realizaron a tiempo. El proyecto fue anunciado por el Ministerio de Planificación Federal que encabeza Julio de Vido en 2008, y comenzó a ejecutarse en enero de 2009. La concesionaria alcanzó a hacer la bajada a la altura de la estación Miguelete del ferrocarril Mitre, pero luego frenó todos los trabajos, con la explicación de que el Gobierno nacional no había autorizado el proyecto definitivo ni la creación del fondo fiduciario para financiar la ampliación.
Lo cierto es que la inflación ya se hacía notar, y el problema parecía ser cómo pagar las obras. Finalmente, Ausol retomó las tareas a fines del año pasado. De acuerdo al primer anuncio, el proyecto iba a costar $ 350 millones, casi cuatro veces menos que lo que se terminaría pagando ahora.
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